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Un bebé de dos años, perteneciente a una comunidad indígena, murió en circunstancias que no han sido esclarecidas plenamente en el centro de Medellín. De acuerdo con las autoridades, tenía quebrantos de salud ocasionados por una tuberculosis, pero en las evaluaciones médicas se le encontró un golpe en la cabeza, del cual se desconoce su origen.
El fallecimiento del pequeño, identificado como Marco Gelver Steven Vitucay, se produjo el pasado domingo en el Hospital General, a donde lo llevaron funcionarios de la Secretaría de Educación de Medellín desde el 6 de mayo para recibir atención médica, debido a que estaba con notorios síntomas de desaliento y vómito frecuente por cuenta de la enfermedad que, según su papá, le habría aparecido de un día para otro.
Algunas versiones señalaron que lo atendió inicialmente el jaibaná de la comunidad, una especie de chamán, para tratar de estabilizarlo con sus rituales, pero la enfermedad le habría tomado tanta ventaja que apoyó la idea de trasladarlo a un centro médico para que recibiera atención con medicina tradicional.
El personal médico le brindó la primera atención y durante ocho días lo tuvieron internado en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pero los esfuerzos fueron infructuosos, produciéndose su fallecimiento a las 10:14 a.m. del domingo.
Aunque el cuadro clínico daría cuenta de que la muerte fue por enfermedad, el médico forense del centro asistencial determinó no certificar la muerte natural, argumentando que el menor contaba con medida de protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), señaló el reporte judicial del caso.
Los agentes del CTI de la Fiscalía realizaron la inspección al cuerpo sin vida del menor y en medio del procedimiento encontraron la lesión en la cabeza, por lo que finalmente la muerte quedó por establecer y será Medicina Legal los que se encargarán de esclarecer lo ocurrido con las causas de la muerte del pequeño.
EL COLOMBIANO consultó al Bienestar Familiar para conocer su versión sobre los hechos y las medidas que se adoptaron con el infante, pero hasta el momento no hubo respuesta.
El menor pertenecía a la comunidad indígena de Alto Mondó, en Tadó, Chocó, de la etnia Emberá-Katío. Sus familiares recorrieron con el pequeño a comienzos de este año más de 206 kilómetros para llegar, inicialmente a Manizales, donde se albergaron en las calles e inquilinatos, a la espera de buscar un mejor futuro.
En la capital del departamento de Caldas, el Icbf inició un proceso con el menor para el proceso de restablecimiento de derechos, inicialmente, en un hogar sustituto. Ante esta situación, los padres del pequeño se vinieron para Medellín con el fin de encontrar apoyo de los otros indígenas. Ya con ese aval, apelaron la medida ante la institución, por lo que Marco Gelver regresó a donde sus padres, de acuerdo con informaciones conocidas del proceso.
Después de un tiempo en los inquilinatos de Niquitao, el menor y su familia se trasladaron al albergue instalado en las afueras de la Institución Educativa Héctor Abad Gómez, de este sector del centro de Medellín. Allí fue donde comenzó a presentar las molestias que obligaron, días después, a solicitar el apoyo médico.
En los exámenes médico dentro del centro asistencial encontraron que además de la tuberculosis, tenía meningitis y problemas de bajo peso, por los cuales fue tratado. Sin embargo, nunca pudo salir de la UCI.
Ante las circunstancias en las cuales se presentó la muerte, y para esclarecer las causas relacionadas con el golpe que le encontraron, las autoridades le abrieron un proceso legal a los padres.
Periodista por pasión. Me gusta contar las historias de la ciudad desde todos sus puntos de vista y mostrar lo bueno y lo malo de nuestra realidad.