Pedro Carmona marcó la historia de Venezuela: fue un verdugo para el chavismo y un líder para la oposición después de que el 11 de abril de 2002 protagonizó el “Carmonazo”, el golpe de Estado contra Hugo Chávez. El entonces empresario fue presidente por 47 horas, el periodo más corto de un mandato en la historia de su país.
Pero los militares leales al oficialismo –encabezados por el ahora preso político del régimen, general Raúl Isaías Baduel– devolvieron el poder a Chávez. Desde mayo de ese año Carmona se exilió en Colombia, el país que ahora considera como su segunda patria. Acá es académico de la Universidad Sergio Arboleda, desde donde habló con EL COLOMBIANO sobre la crisis política y social de Venezuela.
¿Cómo ve lo que pasa en su país desde acá?
“Tiene múltiples facetas. La destrucción de la economía desde el sector petrolero y el descalabro macroeconómico con una hiperinflación, la más alta del mundo, que pulveriza el poder adquisitivo. Además de la hiperdevaluación y la destrucción del aparato productivo privado, que quedó arrasado, quedan apenas el 20 % de las empresas que existían en 1998, lo que significa que no hay fuentes de empleo y de contribución al desarrollo económico”.
¿Quién es el presidente autoproclamado, Juan Guaidó o Nicolás Maduro?
“El usurpador es Maduro, el otro no es autoproclamado, está en la línea de sucesión constitucional, porque al no reconocerse una elección limpia en mayo del 2018 y que él se haya juramentado, ya no es autoproclamación, sino usurpación. Así lo ha señalado la Asamblea Nacional, Maduro ha usurpado el poder”.
La usurpación lleva a que sea una dictadura...
“Más que eso. Una dictadura es una autocracia como pudo haber sido aquí Rojas Pinilla o Pérez Jiménez en Venezuela. Es una tiranía porque se ha implantado un régimen absolutista que busca destruir las instituciones, sustituirlas por unas ‘revolucionarias’ y trata de implantar una ideología, en este caso, el socialismo del siglo XXI o castro comunismo”.
Maduro dice que hay intento de golpe ¿Qué piensa?
“Considerarse víctima siempre ha sido una estrategia del régimen”.
Usted es recordado por el golpe a Chávez en 2002. ¿Hay alguna comparación con lo de Guaidó?
“Yo no califico lo de abril del 2002 como un golpe de Estado, fue una crisis política que condujo a la renuncia anunciada de Chávez a través del alto mando militar y al intento de formación de un gobierno provisional de transición democrática, para llamar al pueblo en el depositario del poder constituyente a unas elecciones limpias, con garantías, y bajo supervisión de la OEA. En 2002 se abría un grandísimo periodo de facto, no de línea constitucional. Ahora la línea de sucesión de Guaidó está perfectamente establecida en la Constitución”.
¿Qué lo llevó a usted a eso?
“Evitar la tragedia que ya se veía venir, pero además porque hubo un vacío de poder. Fui convocado como un representante de la sociedad civil a encabezar un gobierno de transición para llamar a elecciones y de relegitimar poderes que ya estaban complicados y con una procedencia cubana que ya era importante”.
¿Está vez sí se logrará?
“Tengo esperanzas fundadas de que el camino hacia la transición democrática y de rescate de libertades es irreversible. No exento de problemas, porque el gobierno se aferra al poder con las armas, la cúpula militar, por desgracia, es corrompida y afecta al régimen gracias al poder, al dinero y a la impunidad. Son las marionetas de ese estamento militar las que los sostienen temporalmente”.
La economía depende de la petrolera PDVSA que ha mermado su capacidad de producción. Si llega la presidencia de Guaidó, ¿qué tanto podrá recuperarse?
“PDVSA está destruida, endeudada, con refinerías paradas, no por un problema de reservas. Para producir petróleo, aún cuando tengas reservas, hay que invertir, y no se hizo, se politizó”.
Maduro y Chávez no supieron administrar la riqueza...
“Fueron depredadores, no solo no supieron administrar la riqueza. No hay una obra importante, el país fue saqueado. Se calcula que hay 400 mil millones de dólares comprometidos en el robo del patrimonio y, en malversación de fondos, un billón de dólares. No tiene precedentes, es un caso de estudio para la historia: cómo un país con recursos fue llevado a la miseria, a la destrucción, a la anarquía, y a esta situación en la que hay venezolanos comiendo de la basura”.
Si Chávez estuviera en el poder, ¿la situación sería igual o peor?
“El destructor fue Chávez, Maduro remató. Pero el modelo, la entrega a Cuba, el socialismo, la expropiación y la creación de un estado omnipotente y omnipresente ha demostrado es que el socialismo del siglo XXI, como lo dicen inclusive algunos ideólogos marxistas que trataron de asesorar a Chávez, es un fracaso”.