Medios, politólogos y por último líderes demócratas de la potencia norteamericana no dejan de cargar contra el director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), James Comey, por “generar especulación” en Washington al divulgar sobre la reapertura de la investigación contra Hillary Clinton por el caso correos, y esto durante los días más sensibles de la campaña presidencial.
A esa ola de críticas a quien dirige el ente federal —fundado en 1908— se sumó ayer el propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
“He hecho un esfuerzo muy deliberado para asegurarme de que no parezca que me estoy entrometiendo en lo que se supone que deben ser procesos independientes para tomar estas decisiones”, dijo Obama en una entrevista con el portal digital Now This News.
“Pero sí creo que está una norma de que cuando hay investigaciones, no trabajamos basándonos en insinuaciones, ni en informaciones incompletas, ni en filtraciones. Trabajamos basándonos en decisiones concretas que se han tomado”, añadió.
De hecho, el mandatario recordó que ya se había suspendido la investigación, por falta de evidencia de un accionar delictivo grave por parte de Hillary Clinton, cuando fungía como secretaria de Estado.
“Y la conclusión entonces del FBI, la conclusión del Departamento de Justicia, la conclusión de varias investigaciones en el Congreso, fue que ella había cometido algunos errores, pero que no había nada ahí que justificara un proceso”, concluyó Obama.
Un huracán político
A pesar de lo que pensaban analistas, y de lo que le habían afirmado a EL COLOMBIANO en días anteriores (29 de octubre), el caso creció tanto que la campaña de Clinton está en este momento sumamente preocupada, porque la polémica de los correos podría minar una elección presidencial que ya tenía en la mano.
Una evidencia de ello es la última encuesta del canal ABC y del diario The Washington Post, que colocó a su rival, Donald Trump, por delante de ella con 46% de la intención de voto, frente a 45%.
Pero Comey, quien revivió la tormenta, ahora tampoco puede escapar de ella.
Medios como The New York Times afirman que “su decisión de enviar una misiva al Congreso la semana pasada acerca de la reapertura de la pesquisa sobre los correos de la señora Clinton, no solo es una ruptura de las tradicionales políticas del ente; ha sumergido al FBI y al Departamento de Justicia directamente en las elecciones, algo que muchos funcionarios de Justicia estaban intentando evitar a toda costa”.
De hecho, tal como informó The Washington Post, el Departamento de Justicia notificó al FBI que la decisión de Comey es incompatible con los lineamientos federales, puesto que “no se comenta sobre una investigación en curso, y menos si eso puede ser visto como un intento de influenciar una elección”.
¿Se politizó el FBI?
En diálogo con EL COLOMBIANO, expertos consideraron que no hay elementos que evidencien directamente la intención de Comey o del FBI de influenciar las elecciones, pero sin duda hay un escenario más politizado para las autoridades, causado por esta inusual campaña.
“No sabemos cuál va a ser el efecto que va a tener este suceso. Fue desafortunado e incorrecto hacer esto justo a dos semanas de la elección. No sabemos qué efecto electoral va a tener, pero sin duda esto va a obligar al próximo gobierno a impulsar una reforma en la manera en que el FBI hace sus cosas”, explicó Patricio Navia, politólogo y docente de la Universidad de Nueva York (NYU).
“Parece que esto ayuda a Trump y por lo tanto, está generando muchas dudas respecto a la independencia del FBI. Cuando menos es impropio. Esta campaña fue inusual, porque fue polarizada por la presencia de Donald Trump, entonces resultaba difícil imaginar cómo los policías no se iban a ver involucrados en un entorno que llegó a tal agresividad verbal. Además que la violencia policial hacía parte del debate. Era el resultado inevitable”, concluyó Navia.