El presidente de Estado Unidos, Joe Biden, se convirtió este fin de semana en el primer mandatario de ese país, en ejercicio de labores, que reconoce como ‘genocidio’ la matanza de más de 1,5 millones de armenios, en 1915, durante la Primera Guerra Mundial (PGM).
En el comunicado oficial, emitido por la Casa Blanca, con motivo de la conmemoración de los 106 años de la tragedia, se lee: “Como cada año, en este día, recordamos las vidas de todos los que murieron en el genocidio armenio de la era otomana y nos comprometemos de nuevo a evitar que una atrocidad como esa vuelva a ocurrir”.
La República de Turquía es la sucesora del Imperio Otomano, Estado que se habría encargado de la perpetración de la masacre. Su actual presidente, Recep Tayyip Erdogan, ha rechazado en repetidas ocasiones que estos homicidios sean calificados como genocidio. Por eso, previo a la publicación de la Casa Blanca, adelantó una conferencia y una serie de campañas mediáticas sobre el tema.
Según lo reseñó el medio internacional The New York Times, antes de poner a circular el comunicado, Biden se comunicó mediante llamada telefónica con Erdogan. “Un resumen de la llamada, proporcionado por la Casa Blanca, decía que la pareja había acordado una gestión eficaz de los desacuerdos”, informó el medio.
Por su parte, el Primer Ministro de Armenia, Nikol Pashinián, manifestó emoción a través de su cuenta oficial de Twitter, luego del comunicado norteamericano: “Es un día importante para todos los armenios. Tras las resoluciones adoptadas por el Congreso de los Estados Unidos en 2019, el presidente Biden honró la memoria de las víctimas del genocidio. EE.UU. ha demostrado una vez más su compromiso inquebrantable con la protección de los derechos humanos y los valores universales”.
Si bien la declaración de Biden no trae consigo efectos legales para Turquía, sí podría afectar las relaciones diplomáticas.
Como lo menciona Pashinián en su twit, en 2019 tanto la Cámara de Representantes como el Senado de Estados Unidos votaron a favor de una Resolución que reconoce los hechos como genocidio. Para ese momento, Turquía condenó la votación como “un paso político sin sentido”.
Del mismo modo, en 2015, cuando el Papa Francisco se refirió a la matanza como “el primer genocidio del siglo XX”, Turquía retiró a su embajador en El Vaticano y el entonces Ministro de Relaciones Exteriores del país acusó al pontífice de haber “pasado por alto las atrocidades que sufrieron turcos y musulmanes en la PGM y solo destacó el sufrimiento cristiano, especialmente el del pueblo armenio”.
Erdogan ya había planteado algunas objeciones ante las actuaciones de Estados Unidos, por ejemplo, en lo referente a su apoyo a las fuerzas kurdas en Siria, a quienes Ankara (capital de Turquía) considera como grupos terroristas.
Finalmente, ambos mandatarios, Biden y Erdogan, tienen acordado reunirse, presencialmente, en el marco de la cumbre de la OTAN, programada para mediados de junio de este año en Bruselas