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El porqué China ya no quiere ser más el basurero del mundo

El gigante asiático cierra definitivamente sus puertas a la basura de Occidente. Su decisión impacta al mundo.

  • China completa una decisión que tomó en 2017: prohibir la importación de desechos. Su decisión ya tuvo impactos en la circulación mundial de basura. FOTO Getty
    China completa una decisión que tomó en 2017: prohibir la importación de desechos. Su decisión ya tuvo impactos en la circulación mundial de basura.
    FOTO Getty
29 de diciembre de 2020
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7,18
toneladas de residuos importó China a noviembre de 2020: Min. Ecología chino.

Un horizonte de basura. Kilómetros de teclados rotos, pantallas inservibles y cables amontonados y enredados en nudos ciegos. Montañas de plásticos que parecen casi tapar la luz del sol con sus 165 metros de altura. En las “provincias vertedero” de China, las zonas a donde ha ido a parar la basura del mundo en los últimos 40 años, la vida es eso que ocurre sobre lo que otros han desechado.

El 1 de enero de 2021 el gigante asiático cerrará sus fronteras a la basura del mundo, terminando así una época y forzando el inicio de otra.

“China comenzó la importación de basura en los años 80, cuando necesitaba materia prima para el desarrollo de su economía”, explica David Castrillón, de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África (ALADAA).

El propósito fue reciclar los residuos sólidos y utilizar el material en su nacientes y devoradoras industrias tecnológica y manufacturera. Con el tiempo se convirtió en el mayor importador del mundo, con aldeas enteras dedicadas a ser el cementerio de los desechos de los países más desarrollados.

Lo sucedido en 2017 se antoja fundamental. A finales de ese año, China revelaba que había importado 42,27 millones de toneladas de residuos sólidos plásticos (según el Consejo de Estado chino), lo que equivalía a casi el 40% de todos los residuos de este tipo que se reciclan en el mundo.

A China llegó en 2017, por ilustrar un ejemplo, cerca del 80 % de las al menos 300.000 toneladas de residuos plásticos que la Unión Europea produjo por mes, según el Centro Europeo de Temas sobre Residuos y Materiales. Tras dar la cifra, el gobierno chino dijo basta.

El punto del cambio

Informó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que a partir del primero de enero de 2018 prohibiría la importación de 24 categorías de material reciclable y desechos sólidos; y solo recibiría aquellos que tuvieran una pureza del 99,05 %.

El Ministerio de Ambiente aseguró entonces que se tomaba la decisión para proteger la calidad del medio ambiente de las llamadas provincias vertedero (Cantón, Zhejiang y Shandong) en las que los niveles de contaminación son alarmantes.

Los residuos que dejaba el vertedero de la localidad de Guiyu de la provincia Cantón, por ejemplo, ya habían contaminado en 2007 toda el agua en 50 kilómetros a la redonda, según dijo entonces la Administración Nacional de Protección Ambiental china. Desde que tomó esta decisión, las importaciones de basura no han hecho más que bajar.

En 2018 importó 22,63 millones; en 2019, 13,48 millones de toneladas; y hasta el 15 de noviembre de 2020, había importado 7,18 millones de toneladas de residuos sólidos, consolidando una caída interanual del 41%, informó el 30 de noviembre Qiu Qiwen, funcionario del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente.

“China siempre previó que su modelo de desarrollo era insostenible a largo plazo. A medida que su desarrollo se iba consolidando, el país planteaba un cambio en su modelo”, señala Lina Luna, experta en Asia. China no podía ser la llamada “fábrica del mundo” para siempre: los recursos materiales cada vez hacían más falta y el país sufría los estragos en la calidad de vida.

“Estableció que su futuro es pasar de un desarrollo rápido a uno de calidad: se va a enfocar en tecnología, energías limpias e industrias internas que evolucionen la economía y su sostenibilidad. La importación de basura ya no encaja en ese modelo”.

Durante décadas el trato entre China y el mundo favoreció a ambas: el país necesitaba basura para sacar materia prima y el mundo necesitaba donde mandar la basura. “Con el crecimiento de la economía China y su interés de volverse un país más de servicios, el trato dejó de ser favorable”, resume Castrillón. La decisión tuvo ya consecuencias en el ciclo de circulación de la basura y amenaza con tener más y de mayor gravedad en el futuro.

¿A dónde va la basura?

“Exportaron contaminación durante décadas y eludieron su responsabilidad”. Así aprovechó el anuncio de prohibición de las importaciones la agencia oficial china, Xinhua, para criticar a los países a los que durante décadas el territotio asiático compró basura. Economías desarrolladas que ahora deberán decidir a dónde enviar sus desechos.

Según un informe de Greenpeace sobre el impacto de la decisión china publicado en 2019, “la mayoría de los plásticos ha sido redirigidos a países/regiones menos regulados, especialmente el Sudeste Asiático, que carecen de restricciones adecuadas para detener las importaciones de gran tamaño, o de cualquier capacidad real para gestionar el desperdicio”.

El documento señala en especifico a Malasia, Vietnam, Tailandia y Filipinas. Según cifras de la Comisión Europea, la UE exportó 1,5 millones de toneladas de residuos de plástico en 2019 a esas economías.

Ante la ola de basura que rápidamente situó a las naciones como el centro de los desechos de Occidente, los gobiernos comenzaron a poner restricciones. En mayo de 2019 Malasia anunció que devolvería 3.000 toneladas de residuos a sus países de origen; y Filipinas ordenó la “repatriación”a finales de ese mes de 69 contenedores de basura a Canadá, tras semanas de tensión diplomática entre ambos países. “Un efecto positivo de la decisión china es que impulsa al mundo desarrollado a tomar decisiones y a hacerse responsables de sus residuos”, apunta Castrillón.

Tras un primer impacto de la decisión del gigante asiático y un pánico global que ocasionó que cientos de toneladas de basura se quedara represada en países como Reino Unido, ha llegado el momento de tomar decisiones.

El pasado 22 de diciembre la Comisión Europea anunció que prohibirá desde el primero de enero de 2021 la exportación de residuos de plástico tóxicos a países fuera de la Ocde, permitiendo solo contadas excepciones “y siempre que los restos no tengan efectos nocivos y estén destinados a ser reciclados”.

La decisión, resumió el comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, “manda el mensaje claro de que la UE asume su responsabilidad con respecto al plástico que genera”, citaron medios europeos.

La determinación abre otro frente. La Agencia Europea de Medio Ambiente alertaba sobre el riesgo de una mayor incineración y vertido de residuos en Europa, que no aleja la crisis de contaminación.

“El mundo tendrá que cambiar sus modos de vida, modificando el uso de plástico, si quiere cumplir con las exigencias acordadas para reducir las emisiones de contaminación”, señala Silvia Gómez, la directora de Greenpeace Colombia. De no hacerlo, el panorama se muestra oscuro.

“Desechos 2.0” es un informe en el que el Banco Mundial alerta que si no se toman “medidas urgentes”, para 2050 los desechos a nivel mundial crecerán un 70 % con respecto a los niveles actuales.

“O nos divorciamos del plástico o nos olvidamos del planeta” concluyó en 2019 la Organización de Naciones Unidas. “Es que estamos produciendo más basura de la que incluso podríamos estar capacitados para reciclar”, señala Gómez. Y Colombia no es la excepción.

El plástico en Colombia

En el país una persona promedio utiliza 24 kilos de plástico al año, según el informe “Situación actual de los plásticos en Colombia y su impacto en el medio ambiente”, realizado por Greenpeace y la Universidad de los Andes.

“Es una cifra exhorbitante de generación de desechos, que bajo ninguna circunstancia estamos capacitados para reciclar”, señala Gómez. “En Colombia solo el 17% del plástico que se consume es apto para reciclar. Esa promesa es insuficiente si no se cambian los modos de vida”.

Se refiere al uso de elementos como las bolsas plásticas, los sorbetes y demás elementos que siguen siendo parte del día a día de los colombianos. En el país cursa una iniciativa para prohibir el uso de plásticos de un solo uso a partir del 2021. El pasado 14 de diciembre fue aprobado en primer debate en la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes, anunció vía Twitter su ponente, el congresista Juan Carlos Losada.

“Nunca una decisión interna de China había movido tanto al mundo”, concluye Luna. Las basuras ya no tendrán un espacio en la llamada “fabrica del mundo” .

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kilos de plástico usa un colombiano al año, según Greenpeace.
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