Las palabras y el tono ya no son tan duros, pero la respuesta sigue siendo la misma: no. El Gobierno del presidente Joe Biden se concentró este fin de semana en pedirle a los inmigrantes que aún no han llegado a sus fronteras que se detengan; y a los que llegaron, que regresen a su país de origen. “El mensaje es bastante claro, no vengan, la frontera está cerrada” señaló en varias cadenas locales el secretario de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), Alejandro Mayorkas. La crisis concentra ya el debate político en Washington.
Según datos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), citados por la agencia EFE, la cifra de miembros de familias de inmigrantes indocumentados que atravesaron la frontera sur de EE.UU. pasó de 7.000 en enero a cerca de 19.000 en febrero.
Congresistas republicanos y el mismo Donald Trump han catalogado la situación en la frontera con México como una crisis, que han achacado a las políticas de Biden, quien ha desmontado muchas de las medidas de mano dura de su antecesor, lo que según ellos ha provocado la llegada de más inmigrantes al linde, que permanece cerrado debido a la pandemia.
La respuesta de la administración es justo la contraria. Ha justificado el caos culpando al gobierno antecesor. "Es difícil porque todo el sistema fue desmantelado por la Administración anterior. Había un sistema establecido tanto bajo Administraciones republicanas como demócratas, que fue destrozado durante el Gobierno de Trump, y es por eso que el desafío es más grave que nunca antes", señaló Mayorkas. La preocupación mayor siguen siendo los niños que corren el riesgo de ser separados de sus familias.
El número de menores inmigrantes no acompañados que ha atravesado el linde no ha parado de crecer. Con corte al sábado, eran 5.049 niños y adolescentes bajo la custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que tiene a su cargo la Patrulla Fronteriza, y un total de 9.830 inmigrantes de todas las edades; frente a los 4.615 menores y el total de 7.970 indocumentados que esta agencia tenía en sus manos el pasado jueves. La Administración de Biden informó, además, hace tres días que 9.562 menores estaban bajo el cuidado del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Mayorkas aseguró que están trabajando las 24 horas para trasladar a otros sitios a los menores en instalaciones de la CBP, que no están acondicionadas para acogerlos. El sábado, las autoridades anunciaron la apertura de un centro temporal para albergar a los niños y adolescentes que atraviesan la frontera solos en Pecos, en Texas, con capacidad para acoger a 500 y que podría ampliarse a 2.000.
Muchos de los menores que llegan sin la compañía de un adulto y que están bajo custodia de Estados Unidos se encuentran en Río Grande (Texas), epicentro de esta nueva crisis migratoria