Incluso a pocas horas de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara que su país sale del pacto nuclear, que las potencias mundiales firmaron con la República Islámica de Irán, había quien pensaba que el magnate no cumpliría esa vieja promesa de campaña.
Las visitas recientes de dos líderes mundiales como el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, intentaron hacer presión sobre Washington y, hacían pensar a algunos que podían haber convencido a Trump de que su cálculo no era adecuado.
No obstante, sobre la 1:48 p.m. de ayer, el mandatario se encargó de desmentir cualquier previsión en ese sentido: “estoy anunciando que Estados Unidos se retirará del acuerdo nuclear con Irán. En momentos, firmaré el memorando presidencial que restablece las sanciones”.
Su argumentación fue la siguiente: “es un avance en los esfuerzos para prevenir que Irán obtenga un arma nuclear. El régimen iraní es el principal Estado patrocinador del terror. Exporta peligrosos misiles y enciende conflictos en todo Medio Oriente. Apoya grupos terroristas como Hezbollah, Hamas, talibanes y Al Qaeda”.
Aseguró: “en 2015 la administración pasada se unió con otras naciones en un acuerdo sobre el programa nuclear iraní. En teoría debía proteger a Estados Unidos y a sus aliados de la locura de una bomba nuclear. El pacto permitió a Irán seguir enriqueciendo uranio y, eventualmente, alcanzar la meta de la ruptura nuclear. El acuerdo levantó sanciones económicas sobre ese país a cambio de límites muy flojos, o incluso ningún límite”.
El presidente republicano concluyó asegurando que el pacto nuclear le dio al régimen iraní miles de millones de dólares por poco. Por otra parte, se mostró seguro de que su administración logrará junto a las demás potencias que firmaron el acuerdo en 2015 –Alemania, China, Francia, Reino Unido y Rusia–, negociar un nuevo tratado.
De inmediato se dieron toda suerte de reacciones por parte de distintos Estados, aunque mientras solo Arabia Saudí o Israel lo hacían en apoyo, la mayoría de naciones –Reino Unido, Alemania, Francia, Rusia, y China– lo hacían en rechazo (ver opinión).
Pero la que más se replicó fue la del principal afectado, Irán, en voz del presidente Hasan Rohani: “no hemos hecho nada incorrecto y es inaceptable que EE. UU. se retire. Irán cumple con sus acuerdos y Estados Unidos en cambio es un país que nunca mantiene sus promesas. No han hecho más que poner firmas vacías”.
No obstante, Rohani adelantó que su nación no prevé por esto echar todo por la borda, y estaría dispuesto a hablar con los europeos: “si al final de este periodo llegamos a la decisión de que los otros países pueden darnos lo que Irán quiere, continuaremos con el acuerdo”.