Al régimen de Nicolás Maduro cada vez le queda menos oxígeno en el ámbito internacional. El gobierno de Estados Unidos anunció nuevas sanciones para la compañía estatal Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA) que prohíben comerciar con entidades estadounidenses y congela sus activos en el extranjero.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo que estas impiden a Maduro desviar activos de Venezuela hasta que el poder pueda ser transferido a un gobierno de transición, o uno nuevo elegido democráticamente, y aclaró que la filial de PDVSA en el país, Citgo, podrá continuar sus operaciones, si sus ganancias se depositan en una cuenta bloqueada en Estados Unidos.
Con este panorama, la Venezuela administrada por Maduro tiene una fuente menos de ingresos. “Las sanciones son la consolidación de las medidas que buscan asfixiar al régimen. Este no podrá acceder a los recursos, Maduro no podrá tocar un solo dólar”, indica Robert NG profesor de la facultad de ciencias económicas de la Universidad de Medellín.
Ahora el dinero de Venezuela pasará a una cuenta especial que abrirá el gobierno norteamericano a nombre del Estado, un arca congelada temporalmente que podrá utilizar un eventual nuevo mandatario, es decir, el presidente interino Juan Guaidó – si logra ejercer funciones–, o quien lo suceda en el contexto de unas elecciones democráticas.
Venezuela, sin renta
Las cifras de producción del petróleo venezolano caen rápidamente. Según Alberto Schlesinger, decano de la escuela de economía de la Universidad Sergio Arboleda, el país está exportando alrededor de 378 mil barriles diarios a tres refinerías de Estados Unidos. Sin embargo, estos datos contrastan con los que da PDVSA (ver gráfico).
Por eso, asegura que “se cierra la llave para que al régimen le entren recursos. Se he habla de que PDVSA ha sido un canal de lavado de dinero internacional y anuncian sanciones no solo como entidad, sino que podrían llegar a las mismas directivas”.
Entonces, ¿dónde está el porcentaje restante de los dividendos del petróleo venezolano? El régimen de Maduro envía el crudo a China y Rusia para pagar su deuda y exporta un porcentaje a India, pero no es claro a cuánto dinero equivale este.
Tal como lo explica Ronald Balza, decano de la facultad de ciencias económicas de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, desde 2015 el gobierno no presenta presupuesto y en 2005 los ingresos comenzaron a ir a un fondo para fiscales en el que “desaparecieron”.
Por este motivo, el experto lamenta que “en Venezuela no hay cómo seguirle la pista porque nunca hubo presupuesto ni rendición de cuentas”. A esto se le suma un factor: “las sanciones son un golpe más a una empresa que ha sido maltratada por el gobierno”.
El panorama para PDVSA es gris y, con esto, también lo es para el gobierno, porque la empresa significaba la mayor entrada de ingresos para el estado. Esta pasó de ser la segunda petrolera más grande del mundo en 1994 (según la clasificación de Petroleum Inteligence Weekly) a ser una empresa que agoniza en 2019.
Y esa decadencia se acentuó en la administración de Maduro porque su antecesor, Hugo Chávez, tuvo la suerte de contar con un barril de petróleo que llegó a costar 130 dólares en junio de 2008.
Sin dinero, ¿Maduro caerá?
Las sanciones económicas a PDVSA y al régimen se dan en un contexto político en el que el gobierno norteamericano desconoció a su homólogo venezolano y legitimó la presidencia interina de Guaidó, quien está llamado a liderar una transición en el país de la que aún se desconocen sus implicaciones.
“En la medida en que aumenta la esperanza de que puede haber un cambio, también se va concretando la certeza del largo proceso y los costos que tiene la reconstrucción de este país”, asegura Giovanni Reyes profesor de la escuela de Administración de la Universidad del Rosario.
Ahora Nicolás Maduro, además de aislado por la mayoría de países, está insolvente