Mientras Estados Unidos y México intentan llegar a un acuerdo que frene los aranceles que el gobierno del presidente Donald Trump pretende imponer a esa nación, detrás hay un problema de fondo: la migración de países como Guatemala, Honduras y El Salvador que desde octubre del año pasado llegó a puntos críticos.
Los caminantes de estas naciones atravesaron la zona limítrofe entre Guatemala y México para luego cruzar todo el país y llegar hasta la línea que lo divide con Estados Unidos, el territorio de destino de estas personas.
No hay una cifra exacta de cuántas personas han atravesado la región centroamericana para llegar hasta la zona en la que Trump pretende construir un muro para frenar la migración, una propuesta que fue la bandera de su campaña para llegar a la Casa Blanca en 2016.
Muchos de estos migrantes y solicitantes de asilo viven en refugios y calles de ciudades fronterizas, como Reynosa, Mexicali y Nuevo Laredo, que se caracterizan por tener altos índices de violencia.
De acuerdo con Médicos Sin Fronteras (MSF), que está en la zona atendiendo a los migrantes, “la violencia y el trato inhumano que muchos migrantes centroamericanos han experimentado en sus países de origen y en su tránsito por México suponen una verdadera crisis humanitaria”.
Estas son imágenes compartidas por esta organización médica y humanitaria a EL COLOMBIANO sobre la situación en la que estos viven.