Chávez gozó de una importante popularidad entre muchos venezolanos durante su mandato, pero su sucesor, Nicolás Maduro, ha sido ampliamente criticado y culpado por la crisis económica y social que atraviesa el país. La figura del chavismo es ahora un símbolo de pobreza y división.
La proclamación de Maduro como presidente, en unas elecciones disputadas y cuestionadas por gran parte de la comunidad internacional, ha llevado a miles de venezolanos a salir a las calles en protesta. Las manifestaciones reflejan un profundo rechazo a Maduro y su continuidad en el poder.
En Caracas, la capital del país, también se ha sentido con fuerza el descontento. En Petare, una de las zonas más densamente pobladas de Caracas, cientos de personas han expresado su frustración a través de cacerolazos desde sus hogares, mientras otros recorren las calles exigiendo un cambio de gobierno.
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“¡Y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer!”, gritaban algunos manifestantes bajo la lluvia en Petare, la mayor barriada de Caracas, donde la multitud se unía en un clamor de resistencia. “¡Que entregue el poder ya!”, exclamaban otros, reflejando el hartazgo con la reelección de Maduro, que le permitiría extender su mandato por seis años más.
Las protestas no se han limitado solo a la capital. En el estado de Aragua, cientos de personas se han concentrado en la entrada de la base aérea militar El Libertador, la más grande del país, para llevar a cabo una protesta masiva. La presencia de manifestantes en sitios estratégicos y emblemáticos resalta la magnitud de las movilizaciones y el desafío que enfrenta el gobierno de Maduro para mantener el control y la estabilidad en el país.