Tras 48 horas de incertidumbre y polarización, Honduras esperaba aclarar ayer la situación y saber cuál de los candidatos que se autoproclamaron vencendores —el presidente Juan Orlando Hernández y el opositor Salvador Nasrallah—, fue realmente el ganador de los comicios y el que presidirá el próximo gobierno.
Pero desde el Tribunal Supremo Electoral (TSE), bien temprano, se encargaron de empañar esa ilusión de estabilidad que tenían los hondureños ante unas elecciones que desde el principio fueron salpicadas por críticas y denuncias de amaño desde ambas orillas políticas.
El presidente del TSE, David Matamoros, respondió en rueda de prensa: “sabemos que estamos bombardeados con críticas, pero si no tengo actas, no las puedo divulgar”. Dijo que probablemente el conteo de las 17.500 actas electorales finalice mañana, cuando proclamará al ganador. Sobre las 3 p.m fue publicado el último boletín, con 44,3 % de los votos para Nasrallah y 40, 5 % para Hernández (ver gráfico).
Causa: instituciones débiles
¿A qué se debe la demora en el conteo? Matamoros precisó que las urnas de las zonas remotas del país son las que faltan por escrutar, y que estas son transportadas de momento a sedes principales del TSE en las regiones, desde donde ya se podrán computar en el sistema.
“Está iniciando la apertura de las maletas que regresan de todo el país, esa apertura ayudará a completar las actas que no teníamos. Se sacan, se escanean y se suben al sistema”, aseguró.
No obstante, en opinión de expertos consultados por EL COLOMBIANO, aún queda en entredicho el motivo por el que las actas han demorado tanto en llegar a dichos sitios, lo que eleva la sospecha. “El sistema electoral hondureño no es muy distinto al de otras naciones latinoamericanas. Esto es, aquí nadie se esperaba que algo así ocurriera. Lo que está pasando apunta más bien a la inestabilidad y enfrentamiento que marcó a Honduras en años recientes y que ha debilitado sus instituciones”, explicó Yann Basset, director del Observatorio de Procesos Electorales de la U. del Rosario.
En un contexto polarizado, los dos candidatos principales se proclamaron vencedores aún con unos resultados iniciales que se prevén reñidos, esto porque en el sistema del país basta con mayoría simple para ganar y no hay segunda vuelta.
¿Qué efectos dejará un proceso tan lento y polémico para el futuro de Honduras? En opinión de Aldo Olano, doctor en Estudios Latinoamericanos y docente de la Universidad Externado, el país podría revivir crudos episodios anteriores de su historia.
“Suele ocurrir que con ventajas tan estrechas, los resultados no solo se demoran sino que suscitan más acusaciones de fraude. Y teniendo en cuenta que las dos partes están reclamando la victoria, este proceso electoral podría tensar la situación política del país. Hay que tener en cuenta que Honduras es el último país de la región donde se produjo un golpe de Estado (2009), por lo que todo esto que pasa hoy podría llevar a un nuevo momento de confrontación”, advirtió.