Alemania ha encendido las alarmas. En respuesta a las crecientes tensiones con Rusia, el gobierno de este país está elaborando un plan que parece sacado de una novela de la Guerra Fría: identificar búnkeres, estaciones de metro, sótanos y hasta garajes que puedan ser utilizados como refugios en caso de una emergencia.
Mientras tanto, el Ministerio del Interior alemán confirmó que el proyecto incluirá un directorio digital para que los ciudadanos encuentren fácilmente el refugio más cercano a través de una aplicación. Además, se incentivará a las personas a adecuar espacios en sus hogares, como sótanos y garajes, para estar mejor preparados.
Alemania, un país con 83 millones de habitantes, cuenta actualmente con 579 búnkeres operativos, construidos en su mayoría durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.
Aunque estos refugios pueden albergar a cerca de 480.000 personas, la cifra es insuficiente para toda la población. Antes, el país tenía alrededor de 2.000 refugios, pero muchos fueron desmantelados tras la caída del Muro de Berlín y la aparente “paz” de los años 90. Ahora, el gobierno planea no solo reutilizar estas estructuras, sino también incluir estacionamientos subterráneos y edificios estatales como parte del plan.
“Es un proyecto grande, que llevará tiempo”, aseguró un vocero del Ministerio del Interior, destacando que la Oficina de Protección Civil y Asistencia en Desastres liderará los esfuerzos, que parecen ser prioridad para el país.
Alemania no es el único país europeo que está tomando medidas. Suecia, por ejemplo, ha comenzado a enviar una guía actualizada a más de 5 millones de hogares, titulada “Si llega la guerra y la crisis”. Este manual no solo instruye sobre cómo actuar en caso de un conflicto armado, sino también sobre cómo enfrentar emergencias como cortes de energía, desastres naturales o pandemias.
Entre las recomendaciones de las autoridades suecas están almacenar alimentos de larga duración, agua potable para al menos una semana, medicinas y artículos de primeros auxilios. También incluyen consejos sobre cómo mantener la calma en momentos de crisis y hasta cómo explicarles a los niños una situación de emergencia.
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En Finlandia, Dinamarca y Noruega, las guías de preparación para emergencias incluyen recomendaciones similares. En Noruega, por ejemplo, el Gobierno actualizó su guía desde octubre, sugiriendo a los ciudadanos tener provisiones básicas para al menos una semana, en lugar de los tres días sugeridos anteriormente.
Las advertencias de los servicios de inteligencia alemanes sobre un posible ataque ruso a la OTAN, junto con el deterioro de la seguridad en Europa, tras las amenazas con la guerra Ucrania, han llevado a varios países a tomar medidas preventivas.
Para Alemania, parte de la preocupación radica en su papel como miembro clave de la OTAN. Con su ubicación estratégica en el corazón de Europa, el país sería crucial en caso de una escalada militar. Además, la guerra en Ucrania ha demostrado que los conflictos modernos no solo se libran en el campo de batalla, sino también en las ciudades, donde los civiles son los más afectados.
Aunque nadie quiere hablar abiertamente de guerra, los pasos que están dando países como Alemania, Suecia y Noruega son una muestra de que Europa está tomando en serio los riesgos actuales.
Las guías, los refugios y los planes de contingencia no solo buscan preparar a las poblaciones para lo peor, sino también enviar un mensaje claro: estar listos es la mejor forma de disuadir amenazas.