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Las luces cálidas de las tiendas de Cueros Vélez generan un ambiente que conversa entre lo clásico y lo moderno. Cada producto está perfectamente acomodado y, ante unos ojos desprevenidos, pareciera que no hay diferencia entre unos materiales y otros. Pero lo cierto es que cada chaqueta, bolso, billetera, cinturón o zapato está hecho con distintos tipos de cuero que requieren cuidados especiales.
Esos cuidados involucran a los consumidores y tienen doble efecto: alargar la vida de las prendas y, como resultado de ello, reducir el impacto ambiental que la industria de la moda genera. Por ejemplo, de acuerdo con una investigación de la BBC, en el desierto de Atacama se desechan aproximadamente 39.000 toneladas de ropa al año, y el modelo de consumo fast fashion es responsable de entre el 8 % y 10 % de las emisiones de carbono a nivel mundial, según la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Ante este panorama, empresas como Cueros Vélez han desarrollado alternativas para que, a través del cuidado y la restauración, el consumo de moda pueda desacelerar su ritmo. Álvaro Benjumea, coordinador de ingeniería de la empresa, explica, “queremos darle los insumos a las personas para que cuiden desde su casas los productos y adquieran un compromiso de comprar moda responsablemente”.
Para lograrlo, emplean dos estrategias: con recomendaciones en el momento de la compra, que están plasmadas en una etiqueta; y con la comercialización de productos especializados para el cuidado de cada tipo de cuero. Estos varían entre champús para el aseo, revitalizadores de color o impermeabilizantes para sellar y proteger.
Para la empresa lo más importante es el aporte a la reducción de la huella de carbono; por esto, “todos estos productos son amigables con el planeta. Tienen fichas técnicas de seguridad que nos garantizan que no hay ningún riesgo con ellos”, asegura Benjumea.
Como hay diferentes tipos de cuero, aquí le contamos cómo identificar las variaciones de este material y las recomendaciones para cuidarlos adecuadamente.
Cuero liso
Es uno de los más utilizados y más versátiles. Su tacto suave y brilloso lo hace perfecto para la fabricación de zapatos formales, carteras, billeteras y cinturones. De acuerdo con Álvaro Benjumea, este tipo de cuero debe hidratarse con frecuencia para que no pierda color con el paso del tiempo.
Para su cuidado funcionan los tres productos: el champú, el revitalizante y el impermeabilizante, este último es muy importante porque crea una capa protectora para la lluvia o el polvo. Desde Vélez recomiendan que el limpiador se aplique suavemente sobre el cuero y luego se retire con un paño seco. El revitalizante se emplea cuando el color se empieza a opacar y el impermeabilizante se puede aplicar una vez por semana o cada quince días, dependiendo del uso de la prenda.
Cuero carnaza
Tiene un poco más de limitaciones y cuidados especiales, pero es uno de los preferidos en los productos. Este cuero no retiene todo el pigmento que recibe y puede transferirlo, por lo que se utiliza sobre todo en prendas que no tienen mucho contacto con otras áreas de la vestimenta.
De acuerdo con Cristian Benavidez, jefe de ingeniería, “para este tipo de cuero se utilizan limpiadores en seco o en spray. No podemos utilizar ni champú ni cremas porque como este no tiene piel, puede mancharse”, amplía.
Cuero graso
Es muy resistente al agua, flexible y tiene gran tiempo de vida. Su característica principal es que, a diferencia del cuero liso, no tiene brillo y “da un aspecto más rústico a los productos porque predominan los colores mates”, describe Benavidez.
Pero, al igual que en los cueros lisos, los champús le funcionan bien para remover la suciedad, y las cremas revitalizantes ayudan a que el color se mantenga. Los impermeabilizantes también son importantes para protegerlo de agentes externos.
¿Y si no se cuenta con estos productos?
Más allá de los cuidados específicos que demanda cada tipo de cuero, existen unas recomendaciones generales que ayudan a mantener en buen estado los productos.
-Evitar exposiciones prolongadas a luces directas o al sol.
-Limpiar con un paño suave (y seco en el caso del cuero carnaza).
-No utilizar alcoholes ni líquidos abrasivos.
-Para el caso del calzado, almacenarlo en una bolsa de tela suave.
-Evitar fricciones con otras prendas.