Hace siete años, los venezolanos Rui Pereira y su esposa Daniela Riera se la jugaron por darle un nuevo destino a su historia de amor. Fue así, como la situación política y social en Venezuela los llevó a elegir Colombia, específicamente Medellín, como su segundo hogar.
No fue fácil. Rui, con experiencia en el sector gastronómico, ya se había hecho camino en su natal ciudad Barquisimeto. Sin embargo, el apoyo de su esposa, el amor y, por supuesto, las ganas de emprender desde el fogón, le dieron vida hace siete años al restaurante Della Nonna, hoy referente en la ciudad. “Nosotros queríamos trabajar, generar empleo y cuando llegamos a Medellín supimos que era el lugar perfecto para cumplir nuestros sueños, nos enamoramos”, dice Riera. Se dedicaron, entonces, a conocer la gastronomía, la gente, la cultura y, poco a poco, identificaron los gustos de sus clientes.
El primer local que abrieron fue en Llanogrande, Rionegro, cuando aún no era un sector tan gastronómico y concurrido. “Depositamos la confianza en este lugar. Veíamos que en la zona la gente iba a comer de manera tranquila, sin afán, en plan de compartir, y eso era lo que queríamos transmitir con Della Nonna, que fuera un espacio para la integración familiar”, afirma Pereira. Posteriormente, por la acogida, dieron apertura a un segundo local en Mall del Este.
Todo el sabor italiano en un solo lugar
La carta de Della Nonna es completa y exquisita para el paladar. Ensaladas, carpaccios, pizzas, envoltinis y apanados, risottos y pastas, lasañas y canelones, vinos y postres son algunas de las ofertas. Aproximadamente, el 50 % de la materia prima que utilizan proviene de Italia: los quesos, las verduras como la alcachofa y el tomate, y los aceites como el de oliva y el balsámico, lo que hace que sus sabores sean únicos.
El plato más vendido es el Grana Padano, un queso originario de la Llanura Padana que se lleva hasta la mesa del comensal y se derrite con vodka para convertirse en una crema, que luego se mezcla con pasta Alfredo recién preparada.
Los postres también son una tentación. ¿Cómo resistirse, por ejemplo, a un volcán de chocolate? Una torta de chocolate tibia y suave que se derrite en la boca mientras las nueces y el helado de vainilla contrastan con su sabor. O ¿cómo no abrirle espacio al postre de Tiramisú, insignia de la comida italiana?