El Oriente antioqueño vive una de las etapas de crecimiento más aceleradas de su historia reciente: nuevas empresas, ampliación de vías, expansión urbana y presión creciente sobre los servicios públicos. En medio de ese panorama, Marinilla dejó de ser vista como un punto de paso de la autopista Medellín-Bogotá y los corredores turísticos de los embalses para perfilarse como un referente regional en planificación, inversión social y modernización territorial.
Quienes recorren hoy sus barrios, conversan con comerciantes o transitan sus veredas perciben un cambio evidente: obra pública en marcha, claridad fiscal, gestión ordenada y decisiones que se traducen en hechos. La transformación no responde a un discurso optimista: se sustenta en inversiones sociales y de infraestructura que, según cálculos oficiales, superan los $250.000 millones entre zonas urbanas y rurales.
Movilidad moderna: conectando campo, ciudad y región
La movilidad es hoy una de las transformaciones más visibles en Marinilla. Con la ejecución del Plan Vial, el municipio reorganiza su estructura urbana y traza las rutas que orientarán su desarrollo en los próximos años.
Obras como La Martina, la nueva vía en el sector de la UPB, la Circunvalar y la Carrera 31A, avanzan para abrir nuevos corredores que conectan sectores estratégicos y reducen los puntos de congestión. De forma paralela, la gestión del intercambio vial hacia Los Embalses progresa como una pieza clave para integrar a Marinilla con uno de los motores turísticos y productivos más importantes del departamento.
En las veredas, la construcción de 15 kilómetros de placa huella ha transformado los desplazamientos de campesinos, estudiantes y transportadores, quienes ahora cuentan con vías más seguras y estables. La red complementaria de puentes peatonales, ciclorrutas y andenes seguros fortalece un modelo de movilidad que integra campo y ciudad, disminuye tiempos y mejora la seguridad vial.
Un salto histórico en salud para Oriente
En este frente, Marinilla dio un paso importante: el Hospital local recibió la resolución del Ministerio de Salud que lo acredita como Centro de Segundo Nivel, un reconocimiento que lo reposiciona en el mapa hospitalario regional. Este avance implica ofrecer servicios especializados, ampliar urgencias y aliviar la presión sobre la red del Oriente. A esto se suman la construcción de la Unidad de Salud Mental, la nueva Torre Médica y nueva dotación biomédica, lo que abre el camino para que el municipio se consolide como un nuevo polo de atención de mediana complejidad en una zona donde la demanda no deja de crecer.
Una transformación que también es social
Marinilla avanza con una presencia institucional más fuerte en los barrios y veredas: un modelo de seguridad
con más tecnología, mayor pie de fuerza y una nueva Secretaría de Seguridad que articula respuestas rápidas y cercanas a la comunidad.
La participación ciudadana también impulsa obras. Con el Plan de Estímulos, más de $500 millones financian salones comunales, dotaciones e iniciativas culturales, ambientales y sociales que fortalecen el liderazgo comunitario.
La inversión educativa supera los $22.000 millones para garantizar la permanencia de 9.360 estudiantes, mejorar infraestructura, llevar oferta institucional a zonas urbanas y rurales, para cerrar brechas. Además, Marinilla apuesta por ser un municipio certificado en educación.
En los barrios altos toma fuerza el urbanismo social: salones comunales, parques, senderos y Centros de Integración Comunitarios proyectados en sectores como Alto de Tinajas, Alto de San Judas, Alto de la Ramada, Alto de San José y Los Rosales. Obras que, junto con procesos comunitarios, transforman espacios y realidades.
*Contenido en colaboración con la Alcaldía de Marinilla