Luego de cuatro años de haber iniciado el camino hacia la Acreditación Nacional en Salud, la Clínica El Rosario alcanzó el objetivo, el cual es solo un punto en el camino, debido a que su pretensión es continuar por la senda de la calidad y las buenas prácticas por el bien de toda su comunidad.
Este logro de la Clínica El Rosario no es una meta sino un viaje de transformación constante porque la idea de las directivas es no parar el avance hacia la excelencia. Cada año la Clínica recibe una visita de seguimiento, donde se valida que cumplen con ese nivel de exigencia por el cual se certificaron y cada tres años vuelven a tener un nuevo ciclo de acreditación, se evalúa el modelo.
En 2019 comenzó la labor para lograr esta Acreditación, lo cual implicó mucho esfuerzo en tiempo y en recursos, pues fue necesario hacer transformaciones en rutas de atención, procesos asistenciales y administrativos, así como fortalecimiento del talento humano.
Fue así que se iniciaron los procesos internos de evaluación con base en el Manual de Acreditación en Salud IPS ambulatorio y hospitalario en Colombia, que establece el Icontec. De igual modo se contó con el acompañamiento de una firma asesora y se crearon equipos de trabajo con miras a desarrollar y aplicar unos estándares de calidad.
Lo anterior conllevó a que los procesos de atención asistencial y administrativos se mejoraran; se crearan nuevos protocolos y procedimientos. Además, se socializó la documentación que surgió de esas tareas con todo el personal de la Clínica y sus aliados estratégicos.
Este trabajo mancomunado también les generó nuevos procesos de medición, nuevos indicadores y métricas de desempeño, que les permitieron evidenciar -con base en unos resultados- que tienen mejoras en la calidad y que ese proceso es efectivo para el paciente y costo-efectivo para la institución.
Para el personal de trabajo esta búsqueda de la calidad no fue traumática, estuvo receptivo y abierto al cambio, debido a que en el “ADN” de la Clínica El Rosario están arraigados el mejoramiento y la transformación, los cuales no fueron difíciles de implementar.
La labor se enfocó en que esos procesos no interfirieran en el esfuerzo del personal, sino que generaran facilidades en su quehacer y en toda la atención. La comunidad hospitalaria estuvo muy interesada en que la institución tuviera resultados, pero principalmente el paciente recibiera lo mejor.