Papito, si es ya, es ya... La frase que hizo famosa Leonel de Jesús Álvarez Zuleta empezó a sonar ayer con fuerza en la Selección Colombia, tras la ratificación del antioqueño de 46 años como director técnico en propiedad.
Luego de ganar los dos partidos amistosos por 2-0 ante Honduras y Jamaica, los directivos de la Federación le echaron la bendición y con ello terminó la incertidumbre que se generó de la salida de Hernán Darío Gómez, quien fue su jefe hasta el mes pasado. Leonel asumió el mando.
De cachaco, como le gusta dirigir, asistió a la rueda de prensa en la sede de Colfútbol, donde expresó alegría, fue consciente del compromiso que tiene sobre sus hombros y admitió que lo espera "una eliminatoria larga y compleja, pero vamos a estar a la altura de este reto... Al menos yo sé a lo que me enfrento".
El hombre de cabello largo y ensortijado, mundialista con Colombia en Italia-90 y E.U.-94, que jugó 101 partidos con el combinado patrio, campeón con Nacional en la Copa Libertadores de 1989 y con el DIM en el torneo local en el 2009, ganador de un reality y padre de dos hijos, acaba de alcanzar otra meta con base en tesón y trabajo, pero entra en otra que podría ser aún más difícil.
El conocimiento que tiene del proceso, con diferentes módulos, lo motiva a fortalecer ahora movimientos que le permitan a la selección resolver mejor los partidos.
A su lado, como asistente, quiere a una persona que conozca bien el fútbol colombiano, "que tenga transparencia y lealtad". Condiciones que se unirían a un grupo que Leonel considera "una familia unida".
La Federación, que varias veces lo mandó a estudiar, ahora lo pone en el puesto más alto y codiciado por sus colegas, con el sueño de volver a un mundial en Brasil 2014. Por eso ayer Luis Bedoya le otorgó el mando.
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