A simple vista es difícil diferenciar entre una placa vitrocerámica y una de inducción. Sin embargo, lo que las diferencia es la eficiencia y por supuesto, su precio.
Ambas tienen la misma apariencia: cuidados diseños en vidrio negro y se presentan en diferentes formatos, con 2 fogones, 3 ó 4.
Sin embargo, a la hora de adquirirlas, el precio de la vitrocerámica de inducción puede llegar a doblar el de las placas comunes.
¿Cómo funcionan?
Las vitrocerámicas funcionan por aplicación de calor a través de una resistencia; es decir, una resistencia se calienta hasta llegar a temperaturas muy altas. Este calor es recogido por el cristal, que a su vez, calienta los recipientes que están sobre él.
El panel circular de la vitrocerámica se ilumina en rojo cuando está caliente, no obstante al apagarlo, este tono rojizo desaparece engañando sobre su temperatura real, pues el calor no se ha disipado del todo, y por lo tanto, todavía puede quemar.
En las placas de inducción esto no sucede, pues su forma de funcionar no se basa en un calor directo a la superficie de cristal: crean campos magnéticos que son generados por una bobina eléctrica, y a su vez son captados únicamente por un tipo de metales especiales.
En el sorprendente mundo de la física, un objeto metálico expuesto a un potente campo electromagnético genera una corriente eléctrica llamada de Foucault, que produce una disipación de la energía y un calentamiento de los objetos, como se explica en la publicación Muy Interesante.
Esa es la razón por la que al tocar una placa de inducción ésta no quema, pues las manos no son un metal apto para recibir el calor.
En la mayoría de los casos, la comida que desborda de los recipientes no se quema, ni se pega a la placa.
Las opciones
En la revista Consumer - editada por la cadena de supermercados Eroski- se detallan las diferentes vitrocerámicas que se pueden encontrar en el mercado.
Las vitrocerámicas halógenas utilizan focos halógenos, su respuesta es rápida pero necesita gran cantidad de energía para funcionar, por lo que su consumo energético es mayor.
Las radiantes, son de las primeras puestas en el mercado por lo que, en la actualidad, su consumo va disminuyendo por la mejora de la tecnología, son las que funcionan a través del calentamiento de resistencias.
Una variable de las anteriores son las Hi-light. Éstas utilizan resistencias onduladas que calientan más rápido que las radiantes, son las más comunes en todos los hogares.
Y por último, encontramos las de inducción, todo parecen ventajas en su utilización, sin embargo, su elevado precio hace que todavía no sean las más elegidas por los usuarios.
Según un comparativo realizado por la revista antes citada, las placas de inducción son más rápidas y consumen menos de energía.
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