En menos de tres décadas, Alberto Santofimio Botero pasó de carismático y prometedor líder de una nueva generación de políticos en los años 70, de brillante orador en el Congreso, y de un fuerte presidenciable a un hombre enmudecido tras las rejas del pabellón de alta seguridad de la cárcel La Picota.
Hijo único de una reconocida familia ibaguereña con raíces paisas, Santofimio se destacó siempre por su elocuencia y finos modales, pero sobre todo por su carrera pública tan vertiginosa como atropellada y salpicada de escándalos judiciales que lo han llevado a la cárcel en cuatro oportunidades.
A los 21 años ya era secretario general de la Cámara de Representantes, corporación de la que fue Presidente entre 1976 y 1978. Al finalizar ese año por primera vez estuvo privado de la libertad durante seis meses, al verse involucrado en un escándalo por peculado y falsedad en documento público.
Para entonces, se decía también que Santofimio había estado preso en Ibagué por irregularidades en una contratación pública.
Pese a todo fue ministro de Justicia entre 1974 y 1975, durante la administración de Alfonso López Michelsen.
Su carrera como senador
Como senador, protagonizó uno de los debates más recordados contra el ministro de Justicia de la época, Rodrigo Lara Bonilla, asesinado luego por la mafia.
En la década siguiente se conoció de su amistad con el narcotraficante Pablo Escobar, el mismo que recibió en sus filas partidistas luego de que Luis Carlos Galán lo expulsara del nuevo liberalismo.
Esa relación le significó, en 1994, no sólo casi cuatro años de prisión por enriquecimiento ilícito como receptor de dineros del cartel de Cali, sino su expulsión del Partido Liberal y la pérdida de investidura.
Desde entonces, y ya en paz con la justicia, se dedicó a llevar una vida alejada de los medios y dedicada a la lectura, la música y la poesía.
Pero a mediados de 2005 las cosas se le complicaron con las explosivas declaraciones del ex jefe de sicarios de Pablo Escobar, John Jairo Velásquez, alias "Popeye", y del ex congresista Carlos Alberto Oviedo, las cuales motivaron a la Fiscalía a reabrir un expediente y a ordenar la captura por su presunta participación en el asesinato de Galán; hecho por el que había sido condenado a pagar 24 años de cárcel el pasado 11 de octubre del 2007 como participe del homicidio.
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