El hundimiento por razones aún sin explicación de un enorme barco de Corea del Sur convirtió en tragedia un paseo escolar. El rápido hundimiento de la nave, un mar helado y difíciles condiciones atmosféricas jugaron en contra de los desaparecidos en el episodio, anoche contabilizados en 284 personas, la mayoría estudiantes de bachillerato.
El último reporte oficial indicó que el ferry Sewol, que partió el martes desde Seúl, transportaba a 462 personas, de las cuales 174 fueron rescatadas con vida, 55 heridas y cuatro más halladas muertas.
La mayoría de los pasajeros son jóvenes y docentes de un colegio de secundaria de Ansan, ciudad cercana a Seúl, que iban de viaje escolar a la isla Jeju. Uno de los muertos fue identificado como uno de los estudiantes.
En Jindo, las familias angustiadas se reunieron en el puerto para encender velas y orar por un rescate con vida de los estudiantes y demás pasajeros, que con el paso de las horas es improbable por el hundimiento.
No hay aún respuestas al accidente, ni por qué el barco se inclinó y naufragó en aguas de la costa surcoreana. Algunos supervivientes indicaron que escucharon un ruido previo al hundimiento.
"Estaba todo bien y luego el barco hizo boom y hubo ruido de carga cayendo", relató Cha Eun-ok a la prensa coreana. Agregó "el anuncio a bordo fue que las personas permanecieran en sus lugares (...) quienes se quedaron están atrapados", agregó la joven desde Jindo, la ciudad más cercana al lugar del accidente.
En las primeras horas de la mañana de ayer en Corea la tripulación envió un mensaje de auxilio, cuando comenzó a inclinarse hacia uno de sus costados, según el Ministerio de Seguridad y Administración Pública de Corea del sur.
Helicópteros, naves militares de E.U. y organismos de socorro acudieron al sitio logrando el rescate de un importante número de pasajeros. Aunque rescatistas escalaron por los costados y sacaron algunos pasajeros atrapados antes del hundimiento total.
Un estudiante, Lim Hyung-min, contó al canal YTN que saltó al océano con chaleco salvavidas y con otros compañeros, dijo comentó que "el agua estaba muy helada... Me apresuré porque quería vivir".
Un vocero de la guardia costera dijo a EFE que las aguas del naufragio tienen una de las corrientes más fuertes de la costa surcoreana, lo también impidió a los buzos entrar a algunas áreas de la nave sumergida.
Por estas dificultades de rescate, además de las bajas temperaturas del agua, unos 12 grados centígrados, y las escasas posibilidades de encontrar muchos sobrevivientes, las autoridades consideran que el accidente podría ser el mayor desastre marítimo del país en más de 20 años
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