A pesar del luto, desde la calle se escucha alto el sonido del hip hop. A juzgar por aquella música vibrante no se creería que hasta la casa de David Fernando Romero, del grupo de rap ESK-lones, en límites entre San Michel y Eduardo Santos, llegaron el domingo varios sujetos armados, preguntaron por El Gordo, como era conocido, y le propinaron 16 disparos tan pronto como se dirigió a la puerta.Es el segundo integrante del grupo asesinado en siete meses. El primero fue Marcelo Pimienta, Mc Chelo, fundador de ESK-lones, el 5 de agosto de 2010.
Desde las 3:30 de la tarde del domingo, Yuli Andrea, su compañera, lo esperó en vano, porque ya no llegaría más. Cuando supo la noticia por una llamada de su suegro no quiso mirar su cuerpo tendido boca arriba, y prefirió guardar para ella y para el hijo de ambos, que está por nacer, mejores recuerdos de su tiempo juntos.
Otros tres pequeños, dos niños de ocho y dos años, y una niña de seis, quedaron huérfanos tras el asesinato.
Aunque cada uno de sus hijos los tuvo con una mujer distinta, Yuli Andrea da fe de que El Gordo siempre fue un padre responsable, algo que también le reconocen Radio MC, El Vale y Fafo, tres de sus compañeros.
Yuli, que discutía con él la última noche cómo se llamaría el niño, coincide ahora con el dolor de su hermana, que hace siete meses tuviera que despedir a su compañero, Mc Chelo. Incluso otro pequeño que lo tendrá que extrañar es el hijo de éste, de tres años, a quien acogió como suyo desde la muerte de su amigo.
-Era un trabajador incansable, porque no podía parar, por los niños-, reconoce Juan Camilo Posada, Radio MC, quien lo presentó al grupo cuando se atrevió a soñar con ser artista.
Radio MC cuenta que siempre fue muy cumplidor con su trabajo de carpintería, que desarrollaba con su padre en una empresa familiar dedicada principalmente a la fabricación de cocinas integrales.
En la "mafioneta" (como llamaban el carro destinado a la empresa familiar) recogía a todo el grupo para alguna presentación o de paseo, recuerda Radio. Señala que la última salida fue el sábado, cuando varios de ellos fueron a visitar la tumba de Mc Chelo.
Aunque sus compañeros descartan que se trate abiertamente de una persecución contra el grupo, hay temores entre ellos y en sus familias. Sombra, otro integrante, tuvo que dejar la ciudad por amenazas, según relatan.
El asesinato de El Gordo obliga también a recordar los crímenes de Héctor Enrique 'Colacho' Pacheco, en agosto de 2009 y del líder cultural del grupo Son Batá, Andrés Medina, en julio de 2010.
Para ellos, los asesinatos están relacionados con las fronteras invisibles que imponen los violentos en diferentes sectores de la comuna 13.
Sin embargo, coinciden rechazar la situación que impide moverse y relacionarse con libertad entre barrios vecinos y que, intranquiliza a sus familias y los obliga cada vez a despedir a un amigo con el que han compartido el valor de las rimas que aprendieron de niños entre las escalinatas que llevan a sus casas, las que han recorrido juntos cantando contra la violencia.
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