Gracias Giovanni. De verdad, muchas gracias flaco Moreno.
De no ser por su fino y delicado botín izquierdo el partido había salido muy aburrido, y aunque fueron solo 39 minutos de concierto con el esférico amarrado a los pies, su salida de quicio generó un sentimiento encontrando en algunos hinchas que ayer vieron a un pálido Atlético Bucaramanga sufrir un empate ante un estelar Atlético Nacional.
¿Por qué un sentimiento encontrado?
Porque un complicado rival se quedaba con dos hombres menos (el primero fue el siempre valeroso y desmedido José Amaya), en medio de un juego bastante enredado y corridos sólo algunos ins-tantes del primer tiempo.
El flaco de los 2,5 millones de dólares reaccionó ante una decisión arbitral, le alegó al hombre de negro y de inmediato apareció la roja sobre su larga figura.
Llegó así la tristeza para los amantes del buen fútbol, y la tranquilidad para los seguidores del elenco leopardo porque el calidoso, el genio, salía evitando más dolores de cabeza a los defensores locales que nunca lo pudieron parar.
Claro, la salida del 10 verde no fue sinónimo de mejoría del anfitrión. Al contrario, el equipo de Víctor Luna jugó ayer su peor partido en condición de local desde que el paisa dirige los destinos del club santandereano.
Transcurrieron 32 minutos y el Atlético Bucaramanga con dos hombres más, no fue superior a su rival. Los vestidos de verde se arrimaron con más peligro al marco de Brayan López y se dieron el lujo de provocar cientos de 'oles' en las tribunas llevando el balón a ras de piso de un lado para el otro.
Los incompletos antio-queños jugaban mejor, mientras los leopardos lucían sin ideas, desordenados, alentados por algunos elementos que poco metían, poco parecía importarles el resultado final.
La variación táctica que significó actuar por primera vez con un segundo delantero poco funcionó, pues aunque Mina Polo no lució tan solo en la fase ofensiva como en otros encuentros, el medio campo sí perdió marca.
Javier Angulo no podía cubrir el ancho del campo y los hombres de Gabriel Barrabás Gómez sí llegaban a esos puntos del terreno apelando al juego colectivo, la calidad técnica y desdoble.
Gracias, Giovanni, pero también gracias Sherman Cárdenas, el mejor santandereano que tuvo en el justo y certero penalti un merecido premio a un partido más que decoroso.
Ahora, a pensar en el América de Cali y en no olvidar que se lucha por clasificar, pero también por no perder la categoría.
La tarjeta roja y su falta de compostura no le quita la calidad y técnica que destila de sus botines. Moreno estuvo poco tiempo en el campo, suficiente para demostrar lo bello que es el fútbol. Otros aspectos sobresalientes entre paisas y santandereanos fueron el regreso de Sherman y el debut del paraguayo José Antonio Franco Arévalos.
El Bucaramanga, en medio de nubarrones, sumó un punto ante un rival que mereció más.
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