Tras una espera de 11 años y 133 días, Duende y Luna tuvieron su primera cría.
Se trata del primer mono nocturno o marteja (Aotus lemurinus) que nace en cautiverio en el Zoológico Santa Fe de Medellín, y el único que hasta ahora logró llegar vivo a su primer mes de vida en el país, período crítico en la supervivencia de esta especie.
El hecho es de gran importancia dado que la marteja presenta una notable reducción de su población en condiciones naturales, ya que los bosques, que constituyen su hábitat, se destinan cada vez más a la ganadería y la agricultura. Esto hace que la especie se vea relegada a fragmentos aislados e inaccesibles para el hombre.
Por esta razón, está catalogada como una especie vulnerable a la extinción.
Según explicó Juan Pablo Gómez, biólogo y asesor científico del Zoo Santa Fe, gracias al trabajo de un equipo interdisciplinario, que integra junto con un médico veterinario, un zootecnista y un personal técnico, se logró la reproducción.
"Con la creación de un hábitat adecuado, una dieta enriquecida y los debidos cuidados, logramos este hecho que es de gran importancia para la supervivencia de la especie", precisó Juan Pablo.
Los monos nocturnos o martejas se conocen también como micos de noche o mico cacao, según las diversas regiones del país donde habitan, como el Magdalena Bajo y Medio, Cauca, Norte de Antioquia, Chocó, Urabá y esporádicamente en el Suroeste antioqueño.
Su distribución se extiende a la región andina de Colombia y Venezuela.
Dentro de su función ecológica, son eficientes controladores de insectos nocturnos que atacan algunas especies importantes del bosque y, además, actúan como dispersadores y polinizadores de las especies vegetales del estrato medio del bosque, de las cuales se alimenta.
Entre su dieta se incluyen frutas, néctares, hojas, insectos, lagartijas, aves y pequeños mamíferos.
Los monos nocturnos viven en pareja junto con una o más crías de diferente edad, las cuales nacen tras 133 días de gestación y permanecen con sus padres durante unos dos años y medio. Cabe señalar que es el padre el que lo carga y que éste es de menor tamaño que la hembra.
A pesar de sus hábitos nocturnos, su visión es policromática.
Pico y Placa Medellín
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