Alguna vez me desperté con esta reflexión: Ya no hay que salvar el planeta sino a nosotros mismos. Esto lo digo porque la Tierra ha demostrado a lo largo de los años que puede defenderse sola de todo los abusos que le hemos hecho, y si no miren el documental "La Tierra sin humanos" donde después de desaparecer la humanidad, el Planeta empieza a regenerarse y a recuperar todo lo que alguna vez le perteneció, pero que el hombre le fue arrebatando: Allí las plantas empiezan a crecer, los pájaros convierten los edificios en nidos, en las avenidas y parques vuelve a resurgir la vegetación. Todo lo que dejó el hombre es devorado y nuevamente recuperado por la naturaleza. La Tierra nos ha demostrado que sin nosotros puede vivir, pero nosotros sin ella somos nada.
Todos estos fenómenos naturales que hemos visto a lo largo de los años no son más que la forma que tiene para defenderse de nuestros abusos, es como si se estuviera sacudiendo, para, como dice Gustavo Wilches, expulsar el virus (humanos) que le ha causado todos sus males. Hoy, en el Día de la Tierra, quiero que reflexionemos sobre lo que le estamos haciendo, pero sobre todo pensemos en el daño que nos estamos haciendo a nosotros mismos: ¿Dónde vamos a vivir cuando acabemos con los árboles, las plantas, los animales y los ríos? Seguramente no podremos seguir viviendo y nos mataremos unos a otros por lo poco que queda.
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