Los Juegos Suramericanos, además de la representación que encarnan la directora Alicia Vargas y el director de las subsedes, William Moncada, tiene coordinadores que aportan tesón, disciplina y mística que los convierte en la fuerza callada del certamen.
Entre ellos, varios ex atletas de alto rendimiento que después de darle gloria al departamento y al país, se convirtieron en profesionales en diferentes áreas y hoy en día logran sus sueños que cultivaron desde la juventud: ser parte activa en la organización de unas justas internacionales. Nadya Katich fue atleta, Alejandra Márquez, nadadora y triatleta; y Carolina Bolívar, gimnasta. A su lado, hombres y mujeres que crecieron ligados al deporte.
Pura pasión
La niña rubia de 13 años que se deleitó como espectadora con la técnica del campeón olímpico Alberto Juantorena en el estadio Atanasio Girardot y con las demás disciplinas de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1978, afianzó allí su pasión por el atletismo.
Desde ese momento Nadya se motivó por un lugar en la élite y a fe que lo consiguió. Todavía, y a pesar del paso de los años, conserva la marca nacional juvenil de héptatlon que logró en Caracas en 1984 (5.143 puntos).
La jovencita creció y representó primero a Antioquia y luego a Colombia en citas suramericanas, panamericanas y centroamericanas. Luego se graduó como fisioterapeuta y educadora física, conoció a su esposo Wilfredo Vanegas (violinista) y ahora es la mamá de Pascual, el pequeño que despierta todo su amor. También fue entrenadora de atletismo en colegios y universidades de la ciudad, y catedrática.
Su disciplina y conocimiento la llevaron a ocupar cargos importantes. Uno de ellos, fisioterapeuta de la delegación nacional que ocupó el tercer lugar de los Juegos Suramericanos 2006 en Argentina. Hoy en día es la coordinadora del área de Salud de las justas que realizará Medellín.
Conformó un equipo que tiene un gran reto: "es una labor más administrativa en la que aportamos nuestra experiencia y al mismo tiempo aprendemos de los compañeros, porque los Juegos se han asumido no solo como un evento deportivo, sino como un compromiso de ciudad, de país, un certamen incluyente. Es una filosofía que contagió a todo el mundo y que le dejarán una gran herencia a Medellín".
En los Centroamericanos del 78 Alejandra Márquez, la coordinadora de Alojamiento y Alimentación de los Suramericanos 2010, tenía 9 años. Su recuerdos son escasos, pero no olvida la emoción en las tribunas en las pruebas de natación y el impacto que le causó la Villa Deportiva del Tricentenario.
Aunque representó a Colombia en el Mundial de triatlón en E.U., esta abogada con varias especializaciones, entre ellas un magister en gerencia ejecutiva de los deportes organizado por el Comité Olímpico Internacional, dice que hoy en día vive la mayor satisfacción de su vida al hacer parte de la organización de los Juegos. "Es un proyecto de Dios que lo experimento luego de ser deportista y dirigente (fue gerente de Indeportes)", anota esta mujer que lleva el deporte en la sangre.
Y como ella, la también abogada Carolina Bolívar, ex gimnasta, ex entrenadora, ex juez y dirigente que, en calidad de coordinadora jurídica, destaca que en este equipo de trabajo se conjuga a la perfección el deber ser del deporte. Otra dama que tiene claro el concepto sobre la integralidad del deporte y quien asegura que su vivencia actual es muy significativo.
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