Frentero y sin pelos en la lengua. Un experto en el análisis del fútbol, al que se le "ama o se le odia".
La radio, la televisión y la prensa han sido sus frentes de trabajo. Hoy vive en cercanías a Cartagena, donde pasa años maravillosos. Le saca jugo al golf y a la cocina, dos de sus distracciones. Se formó como periodista en Medellín y estudió en el Instituto Jorge Robledo.
Eso del golf era una faceta medio desconocida ¿Desde hace cuándo viene?
"Yo juego golf, es una manera de decir. Yo salgo al campo no a jugar como Tiger Woods; voy a disfrutar, a ver pajaritos y lo hago desde 1994".
¿Es para distraerte, para votar corriente?
"Lo del golf es un pasatiempo, me gusta mucho y me divierto. Se ha convertido en algo propio, es decir, no concebiría hoy mi vida sin poder jugar al golf. Saco el tiempo necesario y he llegado a una frase concluyente, que es muy común entre los golfistas: cuando el golf moleste tu trabajo, deja tu trabajo".
¿Por qué no continuó con la columna de Maximiliano de Nuevo Estadio, que era tan buena?
"No sé. Se acabó Maximiliano como pasan las cosas, pero debí haber escrito muchas columnas. No hay una razón especial".
¿Pero Maximiliano en su momento debió haber sido de lo más leído en Colombia?
"Nunca digo que haya sido ni lo más ni lo menos. Sencillamente tuvo mucha aceptación, gustaba y se acabó".
¿Son cuantos años de periodismo?
"Yo comencé en 1968 con Wbeimar Muñoz en Radiovisión y en La Patria, con Javier Giraldo. Yo cursaba quinto de bachillerato en el Instituto Jorge Robledo, en Medellín. Yo iba un año delante del ex presidente Álvaro Uribe. Era compañero de otras personas que fueron importantes. De allí salió bachiller Juanes; Ignacio Greiffestein; el presidente de la junta del Banco de la República. De allá ha salido gente verraca".
¿Cómo están las relaciones con Bolillo Gómez hoy día?
"Yo creo que son normales. De dos personas que respetan puntos de vista diferentes. He tenido oportunidad de enviarle mensajes en sus recientes momentos y él me los responde. Tengo su teléfono particular, estoy seguro que si lo llamo me llama y converso con él. Lo mismo que con Maturana. Yo creo que el fútbol debe terminar siendo para unir a la gente y no para desunirla. Nosotros tuvimos una etapa muy difícil que por mi parte ya está completamente olvidada y pienso que de Hernán Darío y de Francisco también, lo del pasado es pasado".
¿Cuántas veces han demandado a Iván Mejía por cuestiones de periodismo?
"He tenido unas ocho demandas. Hasta ahora me ha ido bien. Ese partido lo voy ganando bien. Lo voy ganando por goleada, lo que pasa es que se está imponiendo lamentablemente en Colombia, la dictadura de los juzgados, entonces cualquier atorrante al que le publicás o le decís algo que no le guste, inmediatamente va un juzgado a presentar su querella, entonces te empapela y te llena de vainas y entonces ya los periodistas tenemos que andar con pies de plomo y mirando cada línea, para evitar que esos mismos atorrantes se sientan con derecho a denunciarte permanentemente para silenciarte. El último caso del periodista González en Cundinamarca es terrible para el periodismo; es un caso aberrante, peligroso para nuestra libertad de expresión, para el periodismo.
¿En Wikipedia dicen que Iván Mejía es accionista del Girardot?
"Sí, es cierto, no mienten, tengo una acción de 500.000 pesos que se perdieron. No he ido a la primera asamblea, no conozco a los dueños, eso ya no existe. Eso lo metí cuando tenía una casa campestre en Girardot (...).
Hablando con Wbeimar, dice Iván es el mejor, pero lo traiciona el temperamento...
"Si así lo dice Wbeimar debe ser así. Yo no le puedo refutar nada. Con Wbeimar no tengo sino sentimientos de agradecimiento y de respeto, lo mismo que para Javier Giraldo Neira. No puedo decir nada más".
¿Cómo va con la cocina, que parece ser uno de sus fuertes?
"Yo vivo en un apartamento con mi esposa y cocino diariamente. Todos los días el almuerzo lo hago yo, lo más sano y lo más ligero que se pueda. Yo disfruto mucho cocinar, disfruto haciendo la comida y comprando las cosas del día".
¿Cuál es su especialidad ahora que está viviendo en la Costa?
"Me doy el gusto de ir y comprar el pescado cerca de aquí donde vivo. Como róbalo, mero, mucho marisco y pescado del día. El pescado fresco es una cosa diferente al congelado; es una maravilla. Yo vivo a tres minutos de Punta Canoa. A las 6 y 30 de la mañana llegan los pescadores y a ellos les compro".
Se nota que la pasa bien cerca de Cartagena...
"La verdad es que estoy viviendo muy rico. Juego golf, leo, escribo unas cositas que tengo por ahí pensadas para tratar de sacar algún día un libro. Historias inéditas sobre fútbol, cositas interesantes. También escribo para El Espectador, hago con Peláez El Pulso del Fútbol en Caracol, escribo para Fútbol Total, tengo programa local en Bogotá y voy para hacer partidos en Directv".
¿Qué tal el fútbol de hoy en Colombia?
"Yo no creo que se juegue bien; se juega un poco más rápido, pero es evidente que los buenos jugadores salen y se van, entonces uno no tiene tiempo de disfrutarlos. Uno disfruta a Dorlan Pabón y su capacidad seis meses y seguramente en seis meses sale de Nacional. Pero en general no se juega bien".
¿Qué tal la llegada de Pekerman a la Selección?
"Demostró que el hombre sabe. El primer manejo que le dio a la Selección desde la convocatoria, la forma en que manejó la nómina, la forma en que hizo los cambios. Me parece que es un hombre de respeto.
Es un caballero de estampa triste, que sabe bastante, pero que no tiene el poder de la comunicación; no es mediático, es un tipo muy introvertido me da la impresión. Pero que sabe para donde va. A mí particularmente me dejó esa lectura".
