Innovación, audacia, organización y claridad. Esas han sido las claves para que Indubotón haya superado, una a una, las contingencias a las que se ha enfrentado el sector textil colombiano.
Esta fue la primera empresa colombiana en producir botones de poliéster. Nació hace 50 años en Sabaneta y tiene una nómina superior a las 165 personas.
Nérida García Alzate es la directora Administrativa de la empresa. Ella, que conoce como pocos la trayectoria de la empresa, asegura que la innovación ha sido bandera, desde siempre.
Cuenta que la compañía nació como una pequeña fábrica de botones, creada por una familia de origen judío, que vio la oportunidad de responder a las necesidades de la próspera industria textil del departamento.
"Nueve años después llegó el señor Juan Winograd, quien al poco tiempo adquirió la totalidad de la empresa y a partir de ese momento se inició una recomposición organizacional, pues la compañía se estaba enfrentando a muchas dificultades".
La directiva afirma que Winograd organizó la situación con el sindicato y emprendió una nueva política en la producción y administración. "Se creó una estructura muy horizontal, se invirtió en maquinaría y tecnología italiana, se creó un equipo directivo de gente joven y profesional".
Esa fue la dosis de audacia que hacía falta.
Para esta directiva, en la filosofía de la empresa está asumir los riesgos con convencimiento. Por eso, el tema de tecnología ha estado presente siempre y los distingue entre la competencia.
"Sé que el trabajo que hacemos es muy apreciado en el país y en el resto de América Latina. Somos grandes exportadores y nuestros productos son apetecidos. No dudaría en decir que esta empresa tiene el liderazgo nacional podemos estar dentro de las cinco más importantes de la región.
El comercio internacional de esta empresa se ha afianzado en países como Argentina, Perú y Venezuela, en donde se han sostenido, pese a las dificultades. Las exportaciones representan el 35 por ciento de las ventas de Indubotón.
"La crisis del sector textil ha impactado a la mayoría de nuestros clientes, muchos de ellos han quedado desprotegidos, sin embargo percibimos que las cosas empiezan a mejorar con la llegada a nuevos mercados".
La nueva generación
El fallecimiento del señor Winograd, en 1995, le dio paso a nuevas generaciones y la empresa quedó a cargo de sus hijos. El esquema de organización se conservó y el liderazgo quedó en manos de Enrique Winograd. "Existe un comité de gerencia que se hace cargo de las estrategias de la compañía. Esto hace posible que el trabajo fluya naturalmente".
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