La orden emitida este viernes por un tribunal de liberar por primera vez en E.U. a un grupo de detenidos en Guantánamo representa un revés para Washington, que alegaba que los jueces federales no tienen autoridad para determinar la salida de prisioneros de esa cárcel a territorio estadounidense.
En una esperada decisión, el juez de distrito Ricardo Urbina, en Washington, leyó su dictamen en una audiencia para determinar el destino de 17 presos de la etnia uigur, una minoría china de religión musulmana, que reclamaban su puesta en libertad de la prisión en la base naval estadounidense.
Se trata de la primera ocasión en la que un juez determina que se pongan en libertad en suelo estadounidense a presos de Guantánamo.
En su sentencia, que fue acogida con júbilo por los grupos de derechos humanos, Urbina determinó que no hay pruebas de que los 17 uigures fueran "combatientes enemigos" o supusieran un riesgo para la seguridad de E.U.
El grupo de uigures deberá comparecer el viernes para una audiencia, ordenó Urbina.
Un revés para el presidente Bush
El magistrado señaló en su argumentación que la Constitución estadounidense prohíbe detenciones indefinidas sin causa ni cargos.
Sin embargo, hasta el momento no está claro cuándo se pondrá en libertad a los presos o si el Departamento de Justicia planea apelar la decisión del juez Urbina.
Un portavoz indicó que ese Departamento estudia la sentencia.
El magistrado emitirá una opinión escrita sobre el caso este miércoles, informaron fuentes judiciales.
El dictamen supone un revés para la administración del presidente George W. Bush, que había alegado que los jueces federales no tienen autoridad para ordenar liberaciones en suelo estadounidense de detenidos en Guantánamo.
El grupo de musulmanes chinos, que lleva casi siete años detenido en Guantánamo, esperaba desde 2004 su puesta en libertad.
Permanecían prisioneros en la base naval desde que fueron capturados en 2001. Habían estado residiendo en un campo de entrenamiento talibán en Afganistán y cruzaron las montañas a Pakistán, donde fueron detenidos por las autoridades de ese país, que los entregaron a E.U.
Entonces el Pentágono ya había determinado que ninguno del grupo representa un peligro para E.U., pero los mantenía retenidos porque no había conseguido un tercer país que se ofreciera a acogerlos.
En China, la minoría uigur -una etnia vinculada a las tribus turcomanas del centro de Asia- vive en el este, en la provincia de Xinjiang, y es protagonista de un movimiento en favor de una mayor autonomía dentro de la República Popular.
Pekín rechaza de manera tajante cualquier iniciativa para una mayor autonomía y ha hecho frente con dureza a lo que considera actividades separatistas.
El Gobierno chino pidió a E.U. el traspaso de la custodia de los chinos musulmanes, pero la administración Bush y organizaciones de derechos humanos temen que el grupo de detenidos pueda ser torturado si es devuelto a su país de origen.