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Guerra tierra adentro

25 de julio de 2009
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Están en medio de las montañas y los cañones formados por los ríos en las cordilleras del departamento del Cauca. Son el único testimonio de la vida, los rituales y las costumbres de una de las más extraordinarias culturas precolombinas que habitaron los Andes de Suramérica desde el siglo noveno antes de Cristo. Fueron construidos excavando la tierra y esculpiendo y pintando las rocas para albergar urnas funerarias. Sus arcos y sus bóvedas llenas de colores semejan palacios levantados bajo la tierra para albergar las almas de los indios muertos. En el mundo se conocen como los hipogeos de Tierradentro. La locura provocada por la guerra no tiene límites: en medio de estos sitios sagrados, declarados por la Unesco patrimonio histórico de la humanidad, los indios paeces encontraron esta semana varias trincheras. La guerra ha llegado a los santuarios indígenas de Tierradentro.

Según la agencia de noticias EFE, las trincheras fueron cavadas por tropas del ejército en tierras del Resguardo de Tálaga, en la población de Inzá, donde se han presentado enfrentamientos con grupos guerrilleros. El dirigente del Consejo Regional Indígena del Cauca, Feliciano Valencia, dijo que durante una marcha pacífica en la que participaron unos ocho mil paeces fueron halladas y destruidas cuatro trincheras grandes. "Además de las trincheras, encontramos campos minados tanto por el ejército como por la guerrilla, que dejamos señalizados para que los pobladores tengan precaución al transitar por esos sitios".

En su viaje a Colombia, esta no es la única noticia trágica que ha encontrado el nuevo Relator de Naciones Unidas para los derechos de los pueblos indígenas, James Anaya. En marzo de este año, las guerrillas de las Farc asesinaron a ocho indígenas awá a los que acusaron de ser informantes del ejército. Entre ellos había dos mujeres que estaban embarazadas. Los awá aseguran que los muertos fueron dieciocho. Los guerrilleros se negaron a devolver los cadáveres. En junio, Edwin Yatacué, un indígena páez de 25 años, fue golpeado por un grupo de hombres armados cuando estaba en su parcela, situada en el caserío de Miranda, Cauca. El joven alcanzó a llegar herido a un hospital cercano, pero allí fue rematado a balazos por varios desconocidos. Semanas antes, otro líder indígena de la etnia Nasa fue asesinado en el municipio de Caloto por hombres armados que le amarraron las manos y le dispararon tres tiros en la cabeza. El 6 de julio fue asesinado Héctor Betancourt Domicó, gobernador indígena embera de Changarra, en la población de Tierralta, en el departamento de Córdoba.

Según la Organización Nacional Indígena de Colombia, las Farc han arreciado los ataques contra los indígenas y son responsables de 20 de los 56 asesinatos registrados por la Vicepresidencia de la República en los primeros cinco meses de 2009. Los otros asesinatos fueron cometidos por las nuevas bandas que surgieron después de la desmovilización de las AUC, y en un caso, en enfrentamientos con agentes del Estado.

Hace una semana, tres indígenas más de 17, 19 y 40 años murieron y 18 resultaron heridos durante un ataque de la guerrilla de las Farc contra la población de Corinto, en el Cauca. La Policía Nacional informó que unos 60 guerrilleros llegaron hasta allí haciéndose pasar por miembros del Ejército, pero se encontraron con un retén de la policía, cuyo comandante se dio cuenta del engaño. En medio del fuego cruzado, los guerrilleros lanzaron una granada que cayó en mitad de la plaza de mercado que estaba llena de indígenas.

Como dice el Consejo Regional Indígena del Cauca, "mientras que la guerrilla de las Farc avanza con una estrategia sistemática que combina amenazas, señalamientos y asesinatos selectivos de comuneros y comuneras, la fuerza pública estatal fortalece su presencia y su accionar en la zona, específicamente en la región de El Naya, Santander de Quilichao y Toribío, y también en otros municipios, lo cual agrava aún más la situación".

Maldita guerra esta que va de Tierralta a Tierradentro, de las selvas del Pacífico a las tumbas indígenas del Cauca. No tiene piedad ni con el sueño de los muertos.

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