Hace un par de meses Fidel Castro sorprendió al mundo cuando mencionó que el modelo socialista implementado en Cuba ya no funcionaba. "El modelo cubano ya no funciona ni para nosotros", dijo el líder de la revolución.
Esta declaración inmediatamente dio la vuelta al mundo y muchos interpretaron sus palabras como un espaldarazo a su hermano Raúl Castro, que desde que asumió el poder implementó algunos cambios en la economía del país.
Sin embargo, Raúl Castro quiere ir más lejos y diseñó un plan que califica como la "actualización" del modelo económico socialista que incluye ampliación de la iniciativa privada, nuevas formas de gestión empresarial, así como despidos masivos en el sector estatal, entre otros.
Algunos analistas indican que estos cambios son insuficientes para iniciar una nueva era. En diálogo con EL COLOMBIANO, el presentador cubano, José Díaz Balart, cree que también es necesario un cambio en las políticas.
"Para una gran reapertura económica, es necesario invertir en infraestructura. Sin infraestructura, no hay empresa privada. Además, el excesivo control del estado aleja a los inversionistas", explica.
Otro desafío que enfrentan los Castro es que el plan dejaría cesantes a 500.000 empleados públicos que, "supuestamente", ingresarían al sector privado, una idea que puede quedarse solo en eso y agravar las condiciones de pobreza.
Por su parte, Raymond Gilpin, experto en economía del Instituto de Paz de E.U., indica que los cambios podrían responder al estancamiento económico de Cuba, y podría ser el primer paso para un giro en la forma de gobernar la isla, algo impensable en otro momento.
Con los cambios en Cuba, al parecer, los Castro están despertando del sueño comunista que un día creyeron posible.
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