La cita que Luis Carlos Úsuga Higuita, alias "Jacobo Arango", comandante del frente 5° de las Farc, tenía con alias "Manteco", alias "Darlinson", alias "la Fiera", y un delegado del bloque Magdalena Medio, no pudo cumplirla.
Los cinco guerrilleros se reunirían jueves y viernes en un campamento a la orilla del río Esmeralda, una zona selvática del departamento de Córdoba, para reorganizar el frente 5° de las Farc y, de paso, el bloque Noroccidental del cual era el segundo cabecilla.
Pero el jueves a las 2:40 a.m. cerca de 380 hombres desembarcaron en la oscuridad entre los agrestes terrenos del Nudo de Paramillo, considerado por muchos años un santuario para esta guerrilla, y dieron muerte al culpable del asesinato de por lo menos 700 policías y soldados en la zona, como lo precisa el general Hernán Girlado, comandante de la Séptima División del Ejército.
El General explica que, "primero, 300 soldados hicieron unos cierres y rastrearon la zona, luego, 62 militares de fuerzas especiales y un grupo de 16 hombres llamados Lobos, de la Policía, hicieron la operación que contó con la participación de la Fuerza Aérea Colombiana, donde dieron muerte a ‘Arango’", integrante del Estado Mayor Central de las Farc, mano derecha de "Iván Márquez", y uno de los cabecillas más buscados en el país por ser el comandante de uno de los seis bloques del grupo guerrillero.
Una larga operación
La operación Elipsis en la que murió "Jacobo Arango" comenzó desde el 2008, cuando la Séptima División decidió iniciar la ofensiva contra el Bloque de las Farc en el Nudo del Paramillo.
"Conformamos la Fuerza de Tarea Nudo de Paramillo. Se inicia el proceso de operaciones ofensivas contra los frentes 5, 58, 18 y Mario Vélez", dijo Giraldo.
Uno de los logros más importantes en esta campaña militar fue la desmovilización de la compañía Otoniel Álvarez: 41 guerrilleros y su cabecilla, alias "Samir", abandonaron las filas guerrilleras.
Además, la desmovilización de 37 familias farianas, que le servían como informantes en el río Esmeralda y el río Verde, fue cercando al jefe guerrillero, quien comenzó a moverse en el Nudo del Paramillo, y salir de sus zonas de retaguardia, extendidas en esa vasta región en la que según fuentes de Inteligencia Militar, tenía fincas y propiedades. "Le tocó salir de La Galilea, Sinosito, en la parte alta del Paramillo, entre Mutatá y Dabeiba", explica el investigador militar.
Esta debilidad, y los continuos golpes a su estructura, como el propinado el 4 de abril de 2012 por la Fuerza de Tarea Conjunta del Paramillo, en el que murió Héctor Úsuga Higuita, alias "La Muerte", segundo al mando del frente 5° y hermano de alias "Jacobo Arango", abrieron un boquete en las filas y en su confianza, lo que permitió la infiltración de miembros de la Fuerza Pública que ubicaron al jefe guerrillero, esquivo por años entre selva y montañas.
Llegaron los datos
Miembros de la Policía llegaron hasta el mismo corazón del frente 5°. La inteligencia permitió establecer que "Jacobo Arango" tenía 68 años de edad, era oriundo de Cañas Gordas, Antioquia, tenía problemas de alcoholismo y le gustaba acostarse con la mayoría de guerrilleras que tenía bajo su mando.
"Tuve un hijo de él. El nunca lo reconoció. Me dijo que si hablaba me obligaba a abortar. Entonces me volé para poder criar a mi hijo", relata una desmovilizada que estuvo bajo su mando. Y con los desmovilizados más datos llegaron. Pudo establecerse que "Jacobo Arango" ingresó a las Farc en 1982, en 1986 fue cabecilla de comisión del frente 5° y en 1990 asumió el mando.
"El sufría de artritis. Le gustan mucho los frijoles y le gusta salir a cazar. Tiene perros cazadores. Pero como ya estaba muy gordo, se movilizaba en mula o en chalupa por el río Esmeralda", afirman fuentes militares. Pero una de sus grandes aficiones fue a la vez una de sus grandes debilidades. Su afición al mundo de los computadores y a ver televisión hizo que en cada desplazamiento cargara con una planta eléctrica.
"De esta forma pudimos ubicarlo más fácil. Como se vio cercado, dejó de utilizar los radios que le teníamos intervenidos. Comenzó a enviar mensajes por el método del estafeta o correo humano", cuenta el general Giraldo.
El jueves, en la madrugada, un helicóptero desembarcó sus tropas. A "Arango" las autoridades lo tenían en la mira.
Un guerrillero de temer
Los 31 años en la guerrilla le dieron un poder y una reputación a "Jacobo Arango" que le representaron el respeto, el temor y la admiración del resto de guerrilleros.
Entre sus acciones más sonadas está el ataque al campamento de las Autodefensas en el cerro Tolová, donde Carlos Castaño se reunía con sus comandantes y otras personalidades de la vida política y pública. En 1998, llegó con 500 guerrilleros y dejó 30 paramilitares muertos, muchos de ellos asesinados por francotiradores apostados en un muro de piedra detrás de ese campamento.
Además, se le endilga la muerte de por lo menos 40 militares, cuando en el Cañón de la Llorona, entre Dabeiba y Mutatá, derribó un helicóptero del Ejército Nacional.
Quien fuera su pareja lo recuerda como un guerrillero "que siempre iba al frente. Le gustaba estar en la línea de fuego y era muy recio, no tenía compasión por nadie".
Doce horas después de la operación Elipsis, el cadáver de "Arango" fue hallado junto a su escolta personal, otros cinco subversivos. Una cicatriz en una de sus piernas y otra en la barbilla sirvieron para identificarlo. El jefe del frente 5° murió en su ley y en su guerra.
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