Durante los últimos 25 años trabajó el tema a profundidad, desde Crónica de una vida bandolera, Biografía del disparate, La hora de los traidores, que es la vida del famoso Sangrenegra; la genial historia de Efrain González, quizás el bandolero de bandoleros, así como La guerra verde, sobre las esmeraldas como bendición y maldición.
Luego de diez años, concentrado en su trabajo de guiones con Víctor Gaviria, así como actualizaciones y nuevas ediciones de algunos de sus ya clásicos libros, aparece El bandido jubilado, con la historia de un hombre que vivió en la ilegalidad durante la segunda mitad del siglo XX y que ahora goza de un retiro del crimen.
A través de esta historia, se revelan las injusticias de un país y su propio mundo lleno de formas ilegales, con el que conviven todas las clases sociales con el contrabando, el narcotráfico, la estafa, el robo, los grupos insurgentes.
Desde su natal Fredonia, Antioquia, el protagonista, antes de los 18 años, ya era un pillo de pequeños hurtos y extorsiones a los amantes clandestinos, hasta que lo destierran y llega a Medellín para convertirse en uno de los más grandes estafadores del país.
-¿Cómo conoció este personaje?
Lo conocí de manera accidental. Yo fui a Medellín para ayudarle a Víctor Gaviría con la película Sumas y restas. En el casting abierto para todo tipo de personas llegó este personaje, que aunque no sirvió para la película, si me llamó mucho la atención su imponencia y la fuerza con la que se mostraba en cada una de sus actitudes, por lo que le propuse hacer un libro.
Conocí uno a uno todos los aspectos de su vida, desde su familia, sus fincas, sus negocios, en el placer que le producían las cabalgatas, noches de trago y cabaret.
-¿Qué fue lo que más le llamó la atención?
Además de su vida, el encontrarme con un hombre simpático, alegre, un excelente narrador, no me quedaba otra que aprovecharlo al máximo. Cuando terminé de transcribir todo tenía más de 500 páginas de sólo transcripción, ya estaba enamorado de cada uno de los aspectos de su vida, de cada historia que daría para una saga de la delincuencia urbana, que hay muy poco.
-¿Por qué tan poco se ha narrado sobre la delincuencia urbana?
Creo que el motivo se da porque se han concentrado en todo lo que tiene que ver con narcotráfico, porque siempre hay bastante material, pero muy poco de la piratería terrestre y de la estafa no hay casi nada, pese a ser historias narrativamente muy ricas.
-En el caso de este personaje, ¿en donde radicaba su riqueza narrativa?
Tanto en narrativa como en historia, él llegó a estar involucrado con diferentes aspectos de la delincuencia en Colombia. Siendo muy joven, se va al Caribe donde se involucra en la aventura de la marimba con uno de los capos más duros. En Medellín estuvo con los más peligrosos estafadores del país, por lo que cada capítulo era para un libro independiente.
-¿Cómo narrar una historia de esta magnitud?
Con el paso de los años he encontrado que las técnicas de la novela negra quedan bien para narrar nuestra realidad. Sólo que para nosotros este género plantea un inconveniente, que no nos funciona mucho la figura del detective, por lo que no lo podemos contar desde ahí.
Por eso, creo que lo más acertado era contarlo desde el criminal que mira hacia la sociedad, que como en este caso, su mito es el sistema bancario y para él, ellos son los delincuentes. Narrar la historia de un criminal nos sirve para ver a la sociedad.
-¿El protagonista tocó casi todos los poderes criminales del país?
Sí. Le fue mal con el narcotráfico, y luego de esa mala experiencia, le prometió a su mamá que jamás volvería a meterse con él, y así lo cumplió. Además, el plantea una visión del narcotráfico bastante particular y especial, al afirmar que ese mundo es turbio, muy torcido entre sí. Siempre buscando tumbarse entre ellos.
Él encontró lealtad y solidaridad en los campos de la estafa, donde la palabra valía. De hecho, el tiempo más largo en la cárcel que pasó fue cuando se metió con narcos y una mujer lo sopló.
Pero junto a este mundo de la ilegalidad, era interesante poder plasmarlo a través del su universo interior, con su pasión por la lectura, las mujeres y los licores finos.
-¿Cuál es el periodo de acción criminal del personaje?
Desde 1960 hasta 1989, cuando desde la cárcel, cerca de cumplir los cincuenta años de edad, le cumple la promesa a su esposa que dejará todo ese tipo de negocios, por el bien de él y su familia.
-¿Y el retiro?
Cuando cumple 50 años, estando en la cárcel, le promete de rodillas a su esposa que dejará de hacer estafas. Además, no es ambicioso, tiene una fortuna acumulada y sabe que ese paso ha debido darlo mucho tiempo atrás, cuando nacieron sus hijos. Ahora busca disfrutar de la vida y su familia.
Suena curioso, pero en ese mundo del crimen, todo lo que llega, todo se va, porque no saben cuando los capturan o matan. Pero él tuvo una visión más allá, de pasarla bien, pero ahorrar una buena cantidad de dinero, lo que le permitió el retiro.
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