La captura del único hombre de confianza que le quedaba en la calle, así como el hallazgo de un sofisticado arsenal en su escondite, profundizaron aún más el abismo en el cual está sumergido alias “Sebastián”, el último cabecilla de la cuarta generación de “la Oficina”.
El director de la Policía, general José Roberto León Riaño, confirmó que sus hombres ingresaron a un apartamento de El Poblado, en el suroriente de Medellín, y arrestaron a “Fredy Colas”, un supuesto lugarteniente de Ericson Vargas Cardona.
“En el momento de su ubicación tenía dos pistolas y el pasaporte de una de las hijas de ‘Sebastián’”, informó el alto oficial.
Hasta la fecha, la identidad y el paradero exacto de “Fredy Colas” eran un misterio para las autoridades. Sin embargo, entre los habitantes de los barrios Buenos Aires, La Milagrosa y El Salvador, sus acciones son bien conocidas.
Ascenso de “Fredy Colas”
“Cuando él comenzó en esas vueltas, andaba en una moto XT600, la gente lo conocía porque era bien presentado y ‘gallinaceaba’ mucho a las mujeres”, comentó a El Colombiano un residente de la zona.
“Fredy Colas” hizo amistad con “Sebas” y su hermano “Frank”, estuvo a su lado hasta que estos se convirtieron en presuntos cabecillas de la organización “la Oficina”.
Su primer lío con la justicia lo tuvo hace unos cinco años, de acuerdo con un investigador. “Le allanaron un apartamento en Buenos Aires y lo capturaron junto a alias ‘Care Pito’, porque estaban vendiendo éxtasis en las discotecas”, relató.
Tras un breve periodo en prisión, regresó a las calles y, por delegación de “Sebastián”, habría asumido el control de varios combos de las comunas 8 y 9.
Cambió su vehículo por un Mazda blanco y con frecuencia visitaba el puente del sector La Toma, donde sostenía reuniones con sus socios “Diego Chamizo” y “Kilin”, un desmovilizado de las Autodefensas.
Los investigadores empezaron a seguirle la pista en discotecas del área metropolitana, a las cuales acudía para disfrutar de la música electrónica, incluso acompañado de reconocidas modelos.
En los últimos dos años, “se convirtió en el lugarteniente preferido de ‘Sebastián’, se encargaba de su logística, le conseguía ropa, bebidas, todo lo que necesitaba para vivir en la clandestinidad”, narró el general León Riaño.
Después de la captura, la Policía informó que su nombre es Fredy Alexánder Duarte Díaz. En un principio será judicializado por el delito de porte ilegal de armas de fuego, aunque los investigadores revisan si tiene más requerimientos en su contra.
Este diario indagó en la base de datos del Sistema Judicial, constatando que existe otra persona con ese mismo nombre en el listado de los reinsertados del bloque Héroes de Granada de las Autodefensas, agrupación que se desmovilizó el 1 de agosto de 2005.
La Policía, sin embargo, no confirmó de manera oficial que se trate del mismo sujeto.
Al cierre de esta edición no estaba programada todavía la audiencia de control de garantías en el Palacio de Justicia.
El arsenal de “Sebas”
La situación de Ericson Vargas, a quien el Gobierno pretende extraditar a Estados Unidos, se agrava conforme transcurren las horas y los sabuesos de la Sijín encuentran más caletas en la finca de la vereda El Totumo de Girardota, donde fue capturado el pasado miércoles.
El director de la Policía hizo presencia en el sitio y declaró que desde ese lugar “Sebastián” dirigía su estructura criminal.
Sobre los nuevos detalles del caso, informó que Vargas al parecer había alquilado seis fincas en la vereda, y no pasaba más de tres noches seguidas bajo el mismo techo. En aquel cerro tenía rutas de escape hacia Copacabana, Guarne y Guatapé.
La propiedad está constituida por un par de pesebreras y un apartaestudio de dos pisos, desde el cual “Sebastián” intentó repeler a bala el avance de las Fuerzas Especiales.
El supuesto escolta que cayó abatido se llamaba Domingo Lozano Badillo, natural de Juradó, Chocó, y sin antecedentes judiciales, según fuentes cercanas al caso.
Sobre otro de los tres guardaespaldas que se escabulló, León Riaño expresó que ya estaba individualizado.
En el suelo lodoso de las pesebreras encontraron seis canecas de plástico encaletadas, las cuales contenían el arsenal.
Se trata de 10 fusiles AK-47 calibre 7.62, y otros siete de última generación y calibre 5.56. Estos últimos incluyen un fusil de fabricación belga y marca FN Herstal Scar 16S, con un proveedor especial con capacidad para 100 balas.
El hallazgo, que dejó boquiabiertos a varios funcionarios, sumó seis pistolas, un lanzagranadas, un revólver, más de 50 granadas de fragmentación, estopines ineléctricos a granel, prendas militares, más de 9.000 municiones, explosivos, un telescopio y un aparato electrónico para bloquear la señal de los celulares.
Inmovilizaron una moto Kawasaki de alto cilindraje y una camioneta Toyota FJ Cruiser blindada, que había comprado ocho días antes.
Esto sumado a 10.000 dólares y 205 millones de pesos, con un computador portátil, un kilo de joyas y 24 relojes de alta gama, y eso que anoche seguían los registros, con la expectativa de encontrar otras caletas en las demás fincas.
También llamaron la atención 40 brazaletes con las iniciales de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). “Con eso pretendían generar zozobra en Antioquia”, precisó el general León Riaño.
Extinción de dominio
Uno de los propósitos de la Policía es aplicarle la extinción de dominio a los bienes de “Sebastián”.
Según el informe de la “Operación Esparta”, el citado cabecilla tendría propiedades en otros municipios de Antioquia, el Eje Cafetero y el archipiélago de San Andrés y Providencia.
Por lo pronto, no se ha establecido quién es el dueño real del predio de la vereda El Totumo, tampoco es claro si sabía o no de la presencia del capo y de las caletas.
“Sebastián” lo tenía como una base de operaciones y en los últimos días recibió allí la visita de su compinche “Fredy Colas”.
Debido al frío nocturno en esta zona montañosa, el lugarteniente le llevó gorros de lana y pasamontañas. Son atuendos que ahora le servirían a Vargas en el calabozo, donde espera un juicio que podría ser en Colombia o Estados Unidos.
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