La pregunta. ¿Si pudieras definir Colombia en una frase, cómo la definirías? La respuesta: "Entre la belleza, entre la diversidad, es difícil elegir la belleza". El presentador se queda esperando. Se miran. Esa es mi frase, le dice la señorita San Andrés.
Las redes sociales hicieron la medición, en la etiqueta #PreguntasReinas. La propuesta era seria, que la gente le preguntara a las cinco candidatas a Señorita Colombia. No obstante, la interacción fue más divertida. Preguntas sobre canciones, televisión, lógica matemática. Un juego que retumbó en la idea preconcebida: preguntas tontas y respuestas memorables, que no dejan muy bien parada la inteligencia de las participantes.
No obstante, más allá de las risas, habría que cuestionar, primero, si una pregunta mide la inteligencia de alguien, segundo, si las preguntas son adecuadas para un concurso de belleza, y, tercero, qué tan relevantes son a la hora de decidir quién gana.
"Las preguntas son importantes en la entrevista privada del jurado, porque ahí es donde conocen la otra belleza interior. Durante la velada —explica Juan Carlos Sierra, periodista que cubre el reinado— son importantes para el espectador, porque se hace mucho más personal. Para nada influye en la decisión".
La cifra lo respalda. Del 100 por ciento, la entrevista con los jurados equivale al 15 y la respuesta final, al cinco.
Muchos se quedan con la respuesta, y se ríen, pero no se fijan en la pregunta. ¿Es la adecuada? Macri Vélez, Señorita Antioquia 2009, explica que algunas son tan elaboradas, y tan interesantes, que se necesita mucho más tiempo para responder de la misma manera.
Lo demás, que no tienen en cuenta muchos, son los nervios. Es un momento de tensión. Muchos mirando qué va a responder, qué tan inteligente es. Un sueño en el que llevan un año.
Paulina Vega, la Señorita Colombia, se refirió en su respuesta a las mujeres como seres de otro mundo. "Yo tengo que ver ese video, lo que quería decir era países del mundo y expresar que las colombianas somos inigualables".
Cuando hay tiempo para pensar, las ideas son distintas. Quizá, por eso, habría que revisar las preguntas. No todas, tampoco, son tan inteligentes como aspiran sea la respuesta.
De todas maneras, es un concurso en el que, sobre todo, vale la belleza. "Habría que preguntarles —comenta Juan Carlos— sobre sus vidas, sus proyectos, lo que les gusta. Es realmente lo que el espectador quiere saber".
Temas que tengan que ver con ellas y lo que significa ser reinas. Macri añade asuntos más personales. Preguntas que puedan responderse en segundos.
Para los que ven, vale la pena medirse, también, en esos zapatos y en esas respuestas.
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