Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Crema de Bayly

04 de febrero de 2010
bookmark

El programa se nos vende como de opinión y análisis. Algo pretencioso, porque con frecuencia no pasa de los chascarrillos y las fanfarronadas del presentador, alguien de singular oratoria e histrionismo: Jaime Bayly.

Su lenguaje ampuloso tiene un eficaz magnetismo y logra convencer a los televidentes de que no se duerman antes de las 11 de la noche. A las señoras que he escuchado les encanta, las atrapa, las divierte. La fórmula recurrente de esa ventana de agravios es predecible y vendedora: despotricar de todo lo que huela a Hugo Chávez y sus camaradas y regalarles lisonjas a Álvaro Uribe y sus cortesanos.

La otra carnada que le pone Bayly a su vara de pescar televidentes es el insulto basado en los defectos físicos de los lapidados de turno: "¡oye, tuerto cabrón!", "el orangután electo", "el marrano de Miraflores", "ratatouille Morales"... es un encarnizamiento tal vez explicable mediante su declarada homosexualidad (que no está mal ni escandaliza, ni más fuera), pero que lo hace perder los estribos cuando sus antagonistas, además de distar de sus tesis tan caprichosas, son feos.

La fórmula de la crema de Bayly se parece bastante a la de la famosa crema de whisky: empalagosa y recurrida por las señoras para embriagarse, sin el riesgo de tomarse un trago fuerte, que verdaderamente tenga algún cuerpo y carácter. Hay que reconocerlo: "Jaime, tu prosa emborracha a las doñas".

La primera condición, la mínima que uno esperaría de un programa de opinión respetable es que las descargas del autor no rebasen ciertos límites de respeto a la integridad de quienes reciben sus escopetazos de regadera. Es bueno que un columnista, un opinador esté revestido de cierto carácter polémico y que defienda posiciones con vehemencia. En síntesis, que no sea de una insipidez y de unos malabarismos conceptuales que uno nunca sabe en qué orilla política o a qué tesis responden sus interpretaciones de la realidad.

Es mejor que a los televidentes, y en general a los consumidores de información, nos enseñen los dientes, pero otra cosa es que nos den mordiscos contagiados de rabia. Creo que Bayly, además de repetitivo con el tema de Chávez, está convertido en un cancito de esos ladradores y bullosos a los que finalmente les queda grande su papel de "perros guardianes de la democracia". Con excepción de efímeros pasajes de lucidez, Bayly se la pasa turbado y con la boca llena de espuma, ladra que ladra.

Incluso, por momentos, Jaime se alcanza a parecer peligrosamente a su compatriota Laura Bozzo, dándoles regaños a quienes comparecen en su programa. Y eso que en Laura en América los enjuiciados tienen algunas gabelas para su defensa. En cambio Bayly, el inquisidor, apenas sí deja ver fragmentos de videos que utiliza tan acomodaticiamente que cualquiera con dos dedos de frente descubre de inmediato lo enfermizo de sus diatribas y lo faltas de sano juicio.

Tuvo épocas mejores Jaime Bayly, cuando siempre hacía los análisis con Carlos Alberto Montaner, tan preñados de derecha recalcitrante, pero por lo menos con más rigor periodístico y más altura conceptual e idiomática.

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Te puede interesar

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD