Si el tenista suizo Roger Federer piensa que convertirse en padre es algo que tendrá poco impacto sobre su objetivo de igualar y quebrar el récord de Pete Sampras de 14 títulos de torneos del Grand Slam, tal vez esté por llevarse una desagradable sorpresa.
Federer anunció la noticia efusivamente el mes pasado, declarando: "No va a ser algo que perjudique mi concentración en el tenis". Pero cualquier padre que haya tenido que lidiar con noches de vigilia podría creer que el suizo se está engañando a sí mismo.
Mientras que Federer y su novia Mirka Vavrinec esperan ansiosamente la llegada de su primer hijo, el también tenista Ivan Ljubicic le dio una advertencia.
"Estoy seguro de que será algo nuevo para él. No hay dudas de eso", dijo el croata, quien todavía está intentando cumplir las demandas que exige su pequeño hijo de cinco meses.
"Tu vida cambia completamente. Las prioridades son otras. Uno ya no es el más importante de la familia. Uno pierde a su esposa por un tiempo", agregó.
En caso de que Federer crea que los campeones de torneos del Grand Slam como él pueden ir contra la tendencia, haría bien en hojear los libros de estadísticas previas. La última vez que una madre ganó una corona en un evento individual de Grand Slam fue en 1980, cuando la australiana Evonne Goolagong lo hizo en Wimbledon.
Desde entonces, sólo ocho hombres han podido capturar títulos de esa envergadura mientras se iniciaban en la paternidad.
Cuatro de ellos -Pat Cash, Andrés Gómez, Petr Korda y Albert Costa- ganaron un solo torneo de Grand Slam, mientras que los multicampeones Boris Becker, Yevgeny Kafelnikov y Andre Agassi se las arreglaron para sumar sólo uno más a su holgada cuenta cuando fueron padres.
Sequías
Jimmy Connors fue el único jugador de individuales que combinó exitosamente una vida de familia y la rutina de jugar en el circuito profesional al mismo tiempo, ganando tres de los ocho certámenes más importantes que disputó luego del nacimiento de su hijo Brett en agosto de 1979.
En cambio John McEnroe, Ivan Lendl y Stefan Edberg iniciaron sendas sequías de títulos cuando agregaron miembros a sus familias. Los tenistas padres ganaron sólo 10 de los últimos 115 torneos de Grand Slam.
"(La paternidad) cambia tu vida drásticamente", aseguró Becker, quien ganó el Abierto de Australia en 1996 tras el nacimiento de su hijo Noah. "Sería más difícil concentrarse en una sola cosa porque uno mantiene el foco en su hijo y su esposa, y el tenis pasa a ser algo secundario. Eso es un hecho", añadió.
Si los anales del tenis son considerados, el arribo del hijo de Federer podría poner fin a las posibilidades del actual número dos del mundo de sumar más títulos a los 13 que consiguió en torneos "grandes".
El suizo se mantuvo reservado acerca de la fecha de nacimiento de su bebé, y sólo se limitó a decir: "El bebé se espera para el verano (europeo). No voy a decir más nada".
Su negativa a ser más específico generó teorías sobre que el arribo de su hijo podía coincidir con cualquiera de los próximos torneos del Grand Slam: el Abierto de Francia en mayo, Wimbledon en junio y el Abierto de Estados Unidos -del cual es campeón defensor- en agosto.
Si eso ocurriera, sería interesante conocer su decisión. ¿Eligirá la gloria personal o los compromisos familiares?
Sus metas
Mientras que Federer, de 27 años, está listo para iniciar la próxima etapa de su vida, es difícil imaginarlo haciendo a un lado su raqueta para hacerse cargo del cambio regular de pañales.
"Siempre tuve el sueño de que, una vez que fuese número uno del mundo, si tenía un hijo, lo tendría de joven para que pueda verme jugando. Por eso esto es muy emocionante", manifestó el nacido en Basilea.
Además del récord de Sampras, Federer también anhela tener entre sus manos el esquivo título en Roland Garros, donde su gran rival, el español Rafael Nadal, lo ha opacado desde el 2005.
Aún pensando en la manera de vencer al número uno Nadal y al escocés Andy Murray -con quienes tiene historiales de 6-13 y 2-6, respectivamente-, la posibilidad de emocionarse con una nueva final de un torneo de Grand Slam podría costarle demasiado.
De todos modos, con sus grandes logros y su sólido enfoque mental, Federer tal vez pueda obtener aquello que muchos de sus predecesores no lograron. "Roger siempre maneja la presión y estoy seguro de que hará lo mismo con esto", señaló Ljubicic.
"El disfruta demasiado este deporte, por lo que no necesita estar concentrado las 24 horas al día para jugar bien", continuó. Federer, quien ya se comprometió a jugar al menos hasta los Juegos Olímpicos de Londres 2012, expresó: "Si (la paternidad) va a producirme algo, creo que será darme la motivación de jugar durante mucho tiempo".
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