Para hablar con Hevert Bayona y Enielsen Guevara se necesita una escalera si se quiere estar a la misma altura de los dos postes de Arrieros-Itagüí de Antioquia.
Además de sus pintas de gigantes y de las funciones defensivas que cumplen en el equipo, hay otros elementos que los identifica: calzan tenis cuyo número supera el 50 de talla, ambos nacieron en Venezuela, comparten habitación en Medellín y los dos juegan como colombianos.
Así de especiales son estos dos jóvenes que viven del deporte de la cesta, aunque en Colombia la falta de patrocinadores y las carencias de la liga nacional hacen que la afición solo los vea por esta época, cuando está de moda la Copa Invitacional que hoy continuará con la disputa de una de las semifinales en el coliseo Juventud de Itagüí.
Por tener madre colombiana, Hevert defendió a Bogotá en los pasados Juegos Nacionales. Y por haber nacido en Maracaibo (aunque él no recuerda bien su lugar de origen), Guevara actúa como nativo en el torneo profesional del vecino país.
Al primero los 2.10 metros de estatura, los 52 de calzado y la capacidad para jugar en equipo le sirvieron para jugar con Venezuela los mundiales de Japón y República Dominicana, varios preolímpicos y los Juegos Bolivarianos del Eje Cafetero.
El segundo aún recuerda el olor a petróleo de Maracaibo y los pinitos que tuvo como arquero de fútbol con sus 2.03 metros, pero "como me crié en Valledupar y me hice deportista en Medellín, mi mente se recrea es con los recuerdos en los suramericanos con Colombia y las buenas campañas con Búcaros y Arrieros", recuerda.
Hevert y Enielsen son los socios de Norvey Aragón, Diego Guevara y Germaine Wálker en Arrieros. Entre todos tratarán de ratificar hoy, frente a Norte de Santander, en el coliseo Juventud de Itagüí, a las 5:30 p.m., el por qué tienen a Arrieros como el mejor quinteto del año, con solo seis derrotas en 28 juegos, 50 puntos y un rendimiento del 89 por ciento.
"El elevado nivel y las marcas conseguidas se deben a que así no hayamos nacido aquí, jugamos como verdaderos paisas", dice Bayona. Otro que está dispuesto a ponerse el poncho, el carriel y la ruana es Enielsen, quien afirma que "la afición nos debe acompañar en forma porque Arrieros es un equipo humilde en el que nadie busca protagonismo y todos nos entregamos al 200 por ciento porque sabemos lo que significa jugar bien para los antioqueños".
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