Las autoridades de salud coinciden en que, por las bajas tarifas del plan de beneficios del sistema de seguridad social, las deudas de las EPS y las exigencias para habilitar servicios, clínicas y hospitales de la ciudad y el país están cerrando unidades o camas de obstetricia, pediatría y neonatos.
El panorama se agrava con la crisis del Hospital Manuel Uribe Ángel, el MUA de Envigado, el público más importante del sur del Aburrá, que recibe por día a 262 nuevos pacientes.
Este, además de tener una cartera de 23.317 millones de pesos (al 31 de diciembre de 2012), la mayor parte de las EPS, y cuentas por pagar de 24.795 millones, sufrió el cierre de sus unidades de cuidados intensivos y especiales de neonatos, por parte de la Seccional de Salud de Antioquia.
El año pasado estas áreas, de cuatro camas cada una, más la de cuidados básicos, que tiene ocho camas y aún funciona, soportaron la atención de 1.838 partos, de los que 588 fueron de alto riesgo. Egresaron, en promedio, 45 pacientes mensuales, para una facturación total de 2.446 millones.
Héctor Restrepo, director de Calidad y Red de Servicios de la Seccional, explicó que el hospital pidió una visita de este ente, pues quiere ofrecer trasplantes renales.
En su recorrido, dijo, los funcionarios evidenciaron que la ESE no cumple algunos estándares del Decreto 1011 de 2006 del Ministerio de Protección Social - que establece condiciones para prestar servicios de salud-, por lo que aún no puede hacer esos trasplantes ni seguir recibiendo bebés en la UCI y la UCE.
Anotó que los requerimientos para la ESE son de infraestructura, puesto que la UCI y la UCE de neonatos no pueden funcionar juntas en un piso, como lo hicieron desde su construcción, en 2005, sino separadas, para mayor control de riesgos. Cuando el Manuel Uribe se adecué a la norma, apuntó, podrá reabrir estos servicios.
Pero el hospital cuestionó la decisión. Andrés Felipe Uribe, jefe de estas unidades, señaló que allí la tasa de mortalidad neonatal es de 6,5 por cada 1.000 recién nacidos vivos, y es inferior al promedio nacional, que es de 12 por cada 1.000, y al internacional, que está en 23,9 por cada 1.000.
"Tenerlos juntos facilita el manejo de los pacientes; separarlos exigen más personal y costos. Que nos comprueben que eso expone la seguridad, porque este hospital va para la tercera acreditación", reclamó y añadió que diferentes actores han cerrado el 30 por ciento de la capacidad instalada de neonatos del Aburrá. Agregó que, por el cierre de las unidades del MUA, otras clínicas están colapsadas con tantos chiquitos.
Por su parte, su colega Jaime Escobar, jefe de Pediatría, se preguntó: "¿cómo cierran unidades que funcionan bien?"
Jesús María Sierra, asesor jurídico de la ESE, denunció que desde 2010 han presentado seis proyectos para adaptar su infraestructura, pero, afirmó, la Seccional no los ha tramitado.
Restrepo respondió que los proyectos están en el Ministerio de Salud. "Gestionamos para que se agilice el trámite".
Hay tristeza en los usuarios. Merlly Ramírez, de Manrique, vio la semana pasada cómo en tres días su bebé Matías se alivió en cuidados básicos. "Tengo Sisbén y aquí dan muy buena atención. Que abran", anheló.
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