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Brillar para que los años sí se noten

Cada carro del Desfile de Autos Clásicos y Antiguos tiene una historia que se sigue construyendo con los años.

  • El desfile empezó en EL COLOMBIANO, a las 10:45 a.m.. Cerca de 300 carros salieron a mostrar sus años en la edición 21 del Desfile de Autos Clásicos y Antiguos. FOTO julio césar herrera
    El desfile empezó en EL COLOMBIANO, a las 10:45 a.m.. Cerca de 300 carros salieron a mostrar sus años en la edición 21 del Desfile de Autos Clásicos y Antiguos. FOTO julio césar herrera
  • Óscar Molina seguía brillando su carro, un MG TD 1951. Alguien se acercó a preguntarle por el producto. FOTO edwin bustamante
    Óscar Molina seguía brillando su carro, un MG TD 1951. Alguien se acercó a preguntarle por el producto. FOTO edwin bustamante
07 de agosto de 2016
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Nueve y diez de la mañana. El carro MG TD 1951 de Óscar Molina brilla bajo el sol, con su verde muy verde, aunque no lo suficiente para él. Con un trapo y un producto para brillar, lo termina de lustrar antes de que inicie el Desfile de Autos Clásicos y Antiguos EL COLOMBIANO.

–Está al pelo–dice. Su color es muy clásico, de lo más típico de la época del 50. Nació entre el 49 y el 53 y se hicieron 2.664 carros de estos. Está en magníficas condiciones, quedó de segundo en el concurso D’elegance, en la categoría deportiva.

Mientras tanto, doña Nancy Solórzano, la esposa, se sopla la cara con un abanico. Van de picnic, explica, porque un carro de esos, para solo dos personas, se usaba para ir a pasear. Por eso la canasta de atrás. También comenta que está ahí por acompañar a su esposo, que ama a su carro.

Porque no hay quién no ame a esos autos, que tan brillosos no parecen viejos. Antes de que empiece el desfile, los conductores dejan su carro y se van a mirar otros y a preguntar e inicia una conversación que a veces solo entienden ellos, con abierta del capó incluida y revisión del motor: es original, se escucha. ¿La palanca? La palanca también.

Juandart Herrera, que está con su Dodge Seneca 1961, lo sabe: “Para eso uno arregla estos carros, para crear cultura del automóvil”. Para echar el cuento completo y exacto.

También por tradición. Luis Orozco tiene un Willys 1949, rojo, porque su papá, un finquero empedernido, toda la vida tuvo de esos carros. Por eso se vistió con las cargaderas, porque así recuerda él que se vestía su papá.

Juguetes de verdad

Doña Liliana Gómez es la copiloto del Ford Mutt 1964, un carro que usó Estados Unidos, cuenta Javier Correa, el conductor y dueño, en la guerra de Vietnam.

–Fue el auto militar de ellos por 25 años–sigue. Son anfibios, se pueden sumergir en el agua, todo terreno, mejor dicho. Cada año le cambiamos el camuflado, para que no salga el mismo carro. Ahora tiene el de Tomenta del desierto.

Doña Liliana lanza carcajadas. A ella le encanta el desfile, expresa, porque va en familia. Su otro hijo viaja en el General modelo 1969, uno verde que a ella no le gusta, por el color. Ella, de todas maneras, es la que elige en qué carro salen. Javier también tiene una ambulancia, pero no le gusta porque es muy incómoda, que ahí solo caben los heridos y dos personas más.

–¿Rogarme?, a mí me encanta venir, la alegría, los colores –añade Liliana. Casi no me sirve el pantalón (más carcajadas) y me tuvieron que ayudar a ponérmelo, pero aquí estoy. Yo también manejo. Este carro es mío.

Y ahí va. Ya es hora de encender motores.

En otro lado, un niño camina con su papá. Mira un Mini Cooper Traveller 1961. No dice nada. Le da la vuelta, dos veces, y finalmente grita: “este es un carro de juguete”.

¿Qué cómo aprendió don Félix Escobar a manejar ese bus, que es más bien una “chivita”, según él, porque los buses en 1927 no existían, “como tal son del 43”? Será a punta de madrazos, responde.

–Es difícil de manejar, hay casi que colgarse del volante para que ande y controlarle la entrada de gasolina y la chispa. Este circuló en Argentina y se restauró en Bogotá. Yo lo conseguí hace dos años allá. El motor es muy rudimentario, los frenos son de varilla y los rines de madera. Si uno ve fotos de la época en Medellín, veía estos carritos.

El año pasado, el bus que no es bus, que ya tiene 89 años, hizo por primera vez todo el desfile. Don Félix arranca, como arrancan los otros 299 autos. Esos que brillan para que se les noten los años.

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