H ay productos que llaman la atención y son apetecidos no solo por su contenido sino por su presentación. Como quien dice, todo entra por los ojos. En ese sentido, una marca colombiana, que viene siendo más reconocida internacionalmente que dentro del país, abrió caminos por tierra, aire y mar que no paran de extenderse. Su nombre, ARclad S.A.
Basta con escribirles, vía Whatsapp, para darse cuenta de los alcances que tiene. “Gracias por comunicarte con ARclad. Para darte una información más completa y acertada, comparte con nosotros el país y la ciudad en donde te encuentras ubicado, el nombre de la empresa que haces parte, así como la línea de producto en la que estás interesado”.
Este es el mensaje automático que responden cuando alguien los contacta. Luego, es una persona la que amablemente atiende al usuario.
En sí esta industria está enfocada en el desarrollo y fabricación de materiales autoadhesivos usados en el sector de las artes gráficas para la elaboración de etiquetas y vinilos para la comunicación gráfica. Y ese nicho de mercado cobró gran interés en diversos sectores de consumo, como alimentos, cuidado personal, industrial, automotriz, farmacéutico, escolar, seguridad, textil, cosméticos, higiene, limpieza y aseo gracias a la solución que entregan a las diferentes marcas que buscan brindar confianza a los consumidores. Son tan apetecidos, que ya cuenta con diez centros de distribución propios y hacen presencia en 23 países. Lo que comenzó con una pequeña bodega se transformó cuatro décadas después en dos inmensas plantas de producción ubicadas en lugares estratégicos de Colombia. Una se encuentra en el municipio antioqueño de Rionegro, cerca al aeropuerto José María Córdova; la otra en Cartagena, junto al puerto, una acción más de lo visionarios que fueron los fundadores de esta empresa para mover y cumplir con el mercado que crean y que en el exterior ha tenido una aceptación sorprendente.
“Actualmente tenemos canales propios de distribución en Costa Rica, Guatemala, Honduras, Ecuador, México, Perú, Chile, República Dominicana y Brasil; distribuidores y representantes en los demás países de la Región Andina, Centro y Suramérica”, se lee en la página web de esta compañía colombiana creada por un grupo de empresarios antioqueños en 1980.
Cobra mayor importancia porque en Colombia es la de mayor producción en la fabricación de este tipo de productos.
“En sí se hacen rollos de papel y película autoadhesiva, dependiendo de la superficie del producto, si va ser congelado, refrigerado, si es un medicamento, si es para vidrio, o plástico... Nuestro producto terminado es la materia prima de un convertidor de etiquetas”, comenta Carolina Jaramillo Osorio, directora de mercadeo de ARclad.
Ellos les venden a las flexografías, litografías y a impresores gran formato a través de sus canales de distribución. Luego hay una transformación de la etiqueta que llega a los dueños de marca.
“Si uno se pone a ver, un producto sin etiqueta no es confiable para un consumidor, por lo cual no se le puede hacer una trazabilidad en la cadena de abastecimiento. Todos los productos necesitan una identificación, una etiqueta, no solamente por decoración, sino también para que entregue información esencial y necesaria para un consumidor final. Sin ello, básicamente no se podría comercializar”, indica Jaramillo, quien a la vez habla de la responsabilidad que tienen con los empleos que generan, con las familias que dependen de este negocio, y demás actores de la cadena de clientes, que son, por ejemplo, los convertidores de etiquetas, o los dueños de marcas que al final toman la decisión de elegir una solución de etiquetado que sí dé la imagen que necesitan, que entregue la información suficiente, y que la etiqueta no se caiga si ese producto se exporta a determinado país.
Gran movimiento
Por el momento exportan el 71% de las ventas y tienen presencia a través de filiales propias. Generan cerca de 1.000 empleos corporativos, de los cuales 500 son en Colombia. “Somos una empresa colombiana, pero tenemos el objetivo de continuar creciendo en toda Latinoamérica, incluyendo a Brasil, y convertirnos en un actor importante de nuestro mercado, llevando el ADN de servicio, cercanía y confianza”, sostuvo Santiago Solórzano, gerente general de ARclad.
En sí la labor de esta compañía se basa en darle solución a distintas industrias que exigen diferentes especificaciones. Tienen que hacer autoadhesivos especiales. Si el producto es refrigerado, como las salchichas o el jamón, tienen que jugar con el tema de humedad o condensación, por lo que la película que utilizan debe ser de polipropileno y no una etiqueta de papel para que no se despegue. “Se siente un orgullo grande porque estás entregando confiabilidad a la marca para que el consumidor tenga seguridad de lo que está comprando”, señaló Jaramillo.
Compromiso con el medio ambiente
ARclad comenzó recientemente operación de producción, a menor escala, en Brasil. Si bien esta empresa tiene un mercado grande, es desafiante lo que viene haciendo porque la marca aún empieza a conocerse en esa nación.
Además inició otro desafío: el desarrollo de soluciones autoadhesivas sustentables para reiterar su compromiso con el medio ambiente y los consumidores. Santiago Solórzano, gerente general de ARclad, manifiesta que como compañía tienen un gran reto “para facilitar la identificación de los productos de los clientes, que faciliten el reciclaje y la etiqueta ayude a reducir el impacto ambiental de los materiales de empaque”.
