Sin los picos de rating que en su momento (hace 20 años) marcaron Yo soy Betty o Pedro, el escamoso, superiores a los 50 puntos, la televisión colombiana sigue cautivando al público nacional, en especial entre los 45 y los 70 años de edad, de acuerdo a los registros de Ibope Kantar Media.
Los programas de concurso de Caracol, Desafío The Box y Yo me llamo, fueron los de más alto rating a lo largo del año, con promedio de 10 puntos de audiencia, por debajo, por ejemplo, de lo que marcó en 2022 la telenovela Arelys Henao, canto para no llorar, que fue lo más visto de ese año, con picos de 15 puntos.
“Las cosas no son diferentes a lo de años pasados, predominan los realitys, que son muy redundantes en su lógica televisiva, es la misma fórmula de siempre, dependen de escándalos o libretear situaciones para tener impacto”, es el balance que hace Juancho Parada, bloguero en temas de televisión, cultura y espectáculos.
Parada llama la atención sobre la reducción cada vez más de la audiencia de la televisión abierta, tanto así que es muy complejo que ahora un programa supere los 10 puntos de rating (un punto de rating en Colombia equivale a 280.000 personas).
Lo más destacado
El bloguero destaca el dramatizado Rigo, que pese a no ser primero en audiencia, ha marcado tendencia, a partir de una historia que toca fibras y que es aspiracional.
“Fue un acierto, falta ver cómo la cierran, porque Leandro Díaz (2022) se les cayó después de que el personaje tenía cierto recorrido”.
Destaca que la escena en la que asesinan al papá de Rigo está dentro de lo mejor que se ha hecho en los últimos 10 años en la televisión colombiana.
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A los elogios a la historia de Rigoberto Urán, escrita por César Augusto Betancur (Pucheros), se suma el investigador y analista de audiencias de medios Jorge Puche.
“El canal acude de muy bonita forma a las emociones colectivas que despierta y mantiene ese personaje”.
También celebra que RCN haya revivido el formato de Expedición Robinson, que pese a que no tuvo suerte en rating “de esos intentos salen cosas emocionantes”.
El periodista Carlos Ochoa, experto en telenovelas, tiene en su top 3 de lo mejor del años a tres dramatizados: Ana de nadie, Rigo y La primera vez, esta última de Netflix.
En su lista también están Pálpito (Netflix) y Yo me llamo (Caracol).
Ochoa destaca que Ana de Nadie llevó a que muchos televidentes se volvieran a acercar a los programas nacionales, a la vez que pondera el regreso de Paola Turbay a los dramatizados criollos.
Lo menos visto
Para Carlos Ochoa los fracasos del año fueron Ventino (Caracol), Los Medallistas (Caracol), Tía Alison (RCN), Survivor, La isla de los famosos (RCN) y Los Billis (Prime Video).
Juancho Parada por su parte, habla de 1994, el documental de Señal Colombia, del que dice que le quedó a deber.
Menciona también que Master Chef Celebrity parece haber desgastado la fórmula.
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Cree que fue un desacierto emitir la segunda temporada de Pasión de gavilanes, muy distante de lo que fue la producción de 2003 y más lejos aún de la historia original: Las aguas mansas (1994).
Plataformas
Sobre las producciones colombianas estrenadas en plataformas, a Juancho Parada le llama la atención que Netflix y Prime Video repitan esquemas narrativos y actores, tal y como sucedió con las series Mi primera vez y Los Billis, respectivamente.
“Si bien las historias de base son interesantes, los planteamientos y la realización no convencen”, reitera Parada.
También raja la producción Historia de un crimen: Mauricio Leal, de Netflix.
Tanto Ochoa como Parada opinan que tanto RCN como Caracol este año le apostaron más a la producción de proyectos para las plataformas y descuidaron la programación nacional, de ahí la abundancia de repeticiones y remakes.
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Lo mejor en las plataformas
Jorge Puche, analista e investigador de audiencias, destaca dos producciones internacionales como las mejores de 2023:
1. Nada: “Miniserie argentina que está en Star+ y en la que actúa Robert De Niro, ver a un ícono del mercado de entretenimiento americano actuar en una serie latina, hablada originalmente en español, me pareció especialmente bien lograda la intención de narrar un drama íntimo en clave de comedia. Es que, al menos para mi, la factura del audiovisual argentino es muy elevada; casi todo lo de allá me gusta. Me entretuve mucho viéndola, me pareció que estuvo muy bien explotado el formato de miniserie porque además, son como 5 capítulos de alrededor de media hora de duración que la hacen muy cómoda de ver” .
2. The Last of Us: “Me gustó mucho porque al comienzo de este año, cuando se estrenó en HBO Max, todavía estaba muy vivo en la memoria de todos, lo que habíamos vivido y sufrido durante la pandemia. Para mí, fue como ver ficcionado, lo que de alguna manera viví. Me parece que fue un acierto, un golazo de la industria audiovisual porque tocó las sensaciones íntimas de las personas. Esa serie es una manera (costosa pero poderosa) de poner a la audiencia en el centro de lo que hacemos en los medios de comunicación, que al fin y al cabo es una búsqueda constante. Entre todas las historias de universos distópicos, para mi The Last of Us es una obra maestra; lo mejor que vi luego de El Planeta de los Simios, mi distopía favorita (la de Tim Burton, no las secuelas modernas que son ‘baratijas’ a su lado)”.