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En el anuncio se ve a Tom Hanks promocionando un plan dental. La pieza no tiene nada extraordinario, salvo un pequeño detalle: quien aparece en la publicidad no es el Tom Hanks de carne y hueso, sino una creación de la inteligencia artificial. Al menos así lo denunció el famoso actor en su cuenta de Instagram.
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Según expertos que han analizado el asunto, este es un caso de deepfake. Se conoce con este nombre a la práctica de cambiar el rostro o la voz en videos o imágenes para que un famoso resulte haciendo o diciendo algo que en realidad no dijo ni hizo.
De esa forma, un algoritmo tomó la imagen de una entrevista que concedió el ganador del Oscar hace al menos diez años y la puso sobre el rostro y los movimientos de un actor anónimo. El resultado salta a la vista y es tan convincente que tuvo que salir el propio Hanks a denunciar el montaje.
El uso de la Inteligencia Artificial ha sido una preocupación que en los últimos años ha crecido en el mundo del espectáculo. Según algunos expertos, no estamos lejos del momento en que los estudios de cine y de música puedan “regresar a la vida” a actores o cantantes fallecidos. Y lo harían gracias a los algoritmos que hacen este tipo de modificaciones.
Aunque parezca descabellado, esto no está lejos de ser una realidad. En los últimos meses, las redes sociales han registrado estos primeros experimentos. Uno de los más llamativos fue el lanzamiento de una canción en la que se oye una voz muy similar a la de Kurt Cobain cantando Everlong, una canción de los Foo Fighters que se lanzó tres años después de la muerte del líder de Nirvana. Se trató de una jugarreta de un ingeniero de sistemas que hizo que un algoritmo aprendiera el tono y cadencia de la voz de Cobain y así poderla usar con otras canciones.
Sin embargo, estos usos de la Inteligencia Artificial no solo ponen en peligros los derechos de autor. A veces también afectan el buen nombre de personalidades públicas. Eso le pasó a la activista británica Kate Isaacs, que vio en Twitter una publicación que cambió su vida. Encontró en esa red social un video pornográfico protagonizado por ella con la agravante de que ella no participó en la grabación de la pieza. Así lo denunció en su momento la cadena de noticias BBC. Eso es tan grave, que en algunos países ya se habla de tipificar el hecho como un delito de violencia sexual relacionada con las imágenes.