Lisboa ha inspirado a escritores, poetas y músicos durante siglos, y ahora, hizo lo propio con la diseñadora cartagenera Beatriz Camacho, quien recorrió sus calles para crear ‘Nostalgia de Verano’, su nueva colección compuesta por 21 referencias y que es una colaboración con Patprimo.
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La colección busca cautivar a una mujer elegante y sofisticada, invitándole a un viaje al pasado para reencontrarse con esos veranos pasados a través de piezas que cuentan con estampados inspirados en el arte de los azulejos portugueses y el tapiz francés, con elementos que le dan una vibra tropical y que son el elemento principal en camisetas, blusas, faldas, pantalones y vestidos, de diseño fluido y desestructurado, en una paleta de colores que evocan los atardeceres veraniegos y que se complementan con zapatos de tacón especialmente diseñados para la cápsula.
Azul, verde, beige, rosa y vino son los colores predominantes en esta colección que además le da protagonismo a telas con hondura y movimiento, donde predomina el poliéster satinado, la blonda y el drill.
En palabras de la creadora
“La inspiración de esta colección es una representación ideal de una mujer joven y sofisticada, que emprende un viaje hacia el pasado, evocando la nostalgia de un verano vivido, con un estilo siempre vaporoso y fluido que puede ser usado en clima cálido e incluso en ciudades más frías y que invitan a usar looks más tropicales, con los que cada mujer puede sentirse como turista en su propia ciudad, con ese mood viajero especial, así como a crear estilismos más elevados en nuestros viajes”.
Una nueva colaboración en su larga carrera como diseñadora...
“Para mí el trabajo es una diversión, me divierte salirme de mi propia rutina, conocer gente, poder aprender de cómo hacen otros las cosas, poder crecer personal y profesionalmente”.
¿Cómo logra realizar colaboraciones como la que presenta con Pat Primo y mantener el ADN de la propuesta de Beatriz Camacho?
“Al principio no entendí cómo podríamos lograrlo, porque las siluetas de Beatriz Camacho son muy intrínsecas, porque siempre ando buscando cosas que la gente no sepa realmente cómo llegamos a ellas, lo cual me divierte, porque es como ver una película de suspenso y quieres saber cómo lo hicieron. Ese es un gran reto.
La idea era buscar cómo desde esa complejidad poder llegar a la simplicidad, no demeritando la simplicidad, sino elevándola al nivel de la mujer PatPrimo y crear un matrimonio, donde los estampados se convirtieron en la unión de esta historia.
Es la primera vez que en Pat Primo hacen estampados localizados, lo cual no es fácil, porque es prácticamente pintar sobre el patrón, recordar y hacer, que es usual en la alta costura, pero no para el trabajo en serie y en los volúmenes que maneja PatPrimo”.
¿Cómo surgió la inspiración para esta colección?
“La inspiración y todo lo que uno hace viene de adentro. Los diseños es lo que uno es, lo que pensamos, sentimos y hemos vivido, son el alimento para poderse expresar, y esta colección nació de Beatriz Camacho total.
Yo soy una persona muy nostálgica, a mi me ponen a ver una película de época y la vivo por completo. Yo vivo con una añoranza constante por el pasado, y cuando conocí Lisboa (Portugal), sentí un aire que me gusta demasiado, que es decadente, nostálgico y a la vez es bello, con una luz que te hacía sentir que había espíritu en esa ciudad. Ahí empezó la historia”.
En la industria de la moda hay una búsqueda por la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente...
“Yo tengo mis amores amargos porque siento que no se respeta la palabra sostenibilidad, no se toma con la seriedad que se debe. Todo el mundo habla y habla, inclusive las grandes corporaciones lo hacen y te hacen llenar muchos formatos, pero cuando te toca hacerte cargo de ello, y suele tocar el bolsillo, la sostenibilidad pasa a un segundo plano.
Es triste, porque la sostenibilidad es responsabilidad de todos, y he llegado a la conclusión que lo único realmente sostenible es hacer prendas de calidad en todos los aspectos, que siempre tenga algo especial y no podemos hacer cosas que la gente quiere tirar al comprar. Debemos volver a las prendas con un gran valor, sea en sus estampados, pero también que se pueda biodegradar, pero con el suficiente valor de convertirse en prendas de segunda y hasta tercera mano.
Lo único sostenible es bajar el consumo y así disminuir la gran cantidad de basura que se hace. Ahí está la responsabilidad de todos los diseñadores, apostarle a las prendas de valor”.