Ginna Escobar y Martín Cochise Rodríguez representan dos generaciones del deporte colombiano y ambos coinciden en que la prioridad para los niños y los jóvenes debe ser la educación. Existen muchos ejemplos de futbolistas, atletas y practicantes de diferentes disciplinas que a la par con la academia han triunfado en los escenarios deportivos: Ximena Restrepo, medallista olímpica, comunicadora social y ahora dirigente; y los futbolistas Francisco Nájera (Nacional) y Andrés Ricaurte (Dallas), administradores de empresas.
Ginna Escobar
Selección Colombia de Gimnasia
Empecé en la gimnasia a los 6 años, siempre con el apoyo de mi familia. Asistí al colegio hasta noveno e hice los grados 10 y 11 de manera virtual.
Nunca, a pesar de las concentraciones y viajes con las selecciones de Colombia, dejé de capacitarme. Ahora curso el octavo semestre de Sicología.
Para un atleta de alto rendimiento el estudio es fundamental. Primero, porque si uno está formado intelectualmente tiene mayor capacidad para resolver conflictos técnicos y de competencia. Segundo, debemos entender que el deporte no nos va a durar toda la vida. En la gimnasia, por ejemplo, a los 30 años termina el ciclo y si uno estudió puede retirarse tranquilamente a ejercer la carrera que hizo, hay que buscar cómo sostenerse económicamente. Además, es gratificante escuchar que tal campeón mundial también es ingeniero, médico, abogado... Debemos estar listos para el momento del retiro.
Cochise Rodríguez
Excampeón Mundial de ciclismo
Las ganas de mejorar en la parte social y económica ha permitido que muchos jóvenes que, en mi caso que era mensajero y otros con más educación, lucháramos por nuestros sueños.
Hoy en día en todos los deportes hay más tecnología, técnicas y estrategias para dirigir y llevar a los muchachos al éxito.
Uno nace con el talento, el poder y la potencia, pero necesita de gente que lo oriente bien. En el velódromo de Medellín uno se encuentra a diario a Efraín Domínguez y a Felipe Laverde entrenando a los niños. A mí no me tocó eso, tenía que ingeniármelas e irme a dar la vuelta a Oriente y luego bajar a la pista a acabarme de pulir.
En aras de esta reflexión, pienso que para un padre de familia es más grato tener a un hijo estudiando y haciendo deporte, porque este último despeja la mente y da orgullo. Sin embargo, para mí la prioridad debe ser la academia, lo demás es un complemento. Ahí está el futuro, pues puede que no resulte un gran atleta, pero sí un gran profesional y un buen ser humano.