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En los últimos años algunos deportistas colombianos exitosos han utilizado su imagen no solo para conseguir réditos económicos, sino para aportarle un granito de arena a la sociedad.
Por eso han creado fundaciones que llevan sus nombres. Figuras como Juan Guillermo Cuadrado, Miguel Ángel Borja, Mateus Uribe, Yerry Mina, Mariana Pajón, Juan Diego Tello, entre otros, han encontrado en estas instituciones una manera de acercarse a la filantropía.
Casi todas esas entidades se dedican a trabajar con niños de las zonas en las que los deportistas nacieron o crecieron, e intentan ayudarles a los menos favorecidos para que puedan encontrar alternativas de vida y de esta manera alejarlos de situaciones complejas como las bandas criminales y el consumo de estupefacientes.
“Yo lo que quiero es enseñarle a otras personas que los sueños sí se pueden hacer realidad, pero que para eso hay que tener un plan y trabajar duro”, le dijo a este diario Juan Diego Tello, capitán de la Selección Colombia de baloncesto en un campamento que organizó con su fundación Encesta un Sueño en Quibdó, Chocó, en agosto de 2022.
Sin embargo, no todos dedican las actividades de sus fundaciones a incentivar las prácticas deportivas. El pasado 27 de noviembre, el tenista vallecaucano Robert Farah inauguró la fundación que lleva su nombre, ubicada en Pereira, capital de Risaralda.
Con ella se dedica a restaurar suelos degradados y a sembrar árboles nativos en la zona del Eje Cafetero.
“Creo firmemente que puedo usar mi éxito en el tennis no solo para inspirar a los jóvenes talentos a ser el numero 1 en el mundo o hacer crecer el juego en Colombia. También quiero dejar una huella en la vida de los demás, amando a la Madre Tierra y creando un mundo donde las personas y la naturaleza prosperen juntas”, dijo Farah sobre este proyecto.
Por su parte, el golfista antioqueño Camilo Villegas y su esposa María Ochoa crearon la fundación Mía’s Miracle, después del fallecimiento de su hija Mía, que era una bebé, en 2022 a causa de un cáncer de cerebro y columna.
Con este proyecto se dedican a ayudar a niños que tienen condiciones médicas especiales.
Luchar por los niños menos favorecidos
Una de las cosas más complejas que le puede pasar a un padre es perder a un hijo. El golfista paisa Camilo Villegas, el mejor representante que ha tenido ese deporte en el país, y su esposa María Ochoa pasaron por esa difícil situación en los primeros meses de 2022. Su hija Mía fue diagnosticada con cáncer de cerebro y columna en 2020, por lo que el deportista y su pareja debieron estar con ella durante cinco meses en la Unidad Neonatal del Hospital Universitario San Vicente Fundación de Medellín, mientras su pequeña recibía tratamiento. Y aunque intentaron hacer todo lo posible porque la salud de la niña mejorara, sucedió lo que menos querían. Esa situación fue la que los llevó a crear la fundación Mía’s Miracle. “Mía descansó a sus 22 meses y para nosotros quedó muy claro que nuestra misión en la vida era ayudar a otras personas que estuvieran pasando por situaciones difíciles. En ese momento nació Mía’s Miracle, para poder honrar el nombre de nuestra hija”, comentó María Ochoa, esposa de Villegas.
El primer acto que realizaron desde la fundación fue hacer una alianza con el Hospital Universitario San Vicente Fundación y donar ocho incubadoras de alta tecnología. “Las incubadoras son equipos biomédicos esenciales para la atención de los bebés neonatos, las cuales para emular el vientre de la madre y permitir el desarrollo de los recién nacidos, deben proveer la humedad y la temperatura adecuadas; además de condiciones de iluminación y oxígeno apropiadas. De ahí la importancia de la renovación de estos equipos y el aprovechamiento de la más moderna tecnología al cuidado de la vida”, explicó el Hospital en el comunicado en que anunció la alianza. Con esta donación la Unidad Neonatal del Hospital San Vicente podrá seguir ayudando a los niños recién nacidos que no terminaron su proceso de gestación en el vientre materno. “El deporte es bonito. Como deportistas tenemos la oportunidad de vivir nuestros sueños y cosas especiales. Creo que es importante crear consciencia y unir gente en proyectos como este para apoyar a los que más lo necesitan, para aportar nuestro granito de arena en obras especiales”, dijo Villegas, de 40 años y que aún sigue activo en el golf.
Robert farah siembra vida en el eje cafetero
La conexión de Robert Farah con la naturaleza es grande.
Así lo ha dejado ver en sus redes sociales el tenista colombiano, quien comparte fotos donde se le ve rodeado de árboles y cascadas.
También suele subir a sus historias videos en los que recoge tarántulas y serpientes pequeñas que se encuentra en su casa, en Pereira, y luego las regresa a su hábitat natural.
“Gracias a que toda mi vida he tenido una conexión muy linda con la fauna y la flora soy muy sensible a todo lo que crea vida, lo que crea un ecosistema”.
Por eso no fue una sorpresa cuando anunció que la fundación que lleva su nombre se dedicaría a trabajar en la restauración de suelos degradados y la reforestación de árboles nativos.
“Esta Fundación es un sueño que he tenido toda la vida. Quiero ayudar al planeta de la mejor manera que pueda y creo que por medio de este proyecto lo puedo lograr”, dijo el tenista en un video en el que presentó el trabajo, con el que pretende ayudar a que el cambio climático tenga el menor impacto posible en el país.
“La idea que tenemos es ir creciendo poco a poco, restaurar suelos en sitios como el Eje Cafetero, después en otros lugares más altos como las cordilleras, y ojalá también llegar a los páramos para trabajar con los frailejones y ayudar a Colombia a mantener sus fuentes hídricas”, agregó el tenista de 35 años de edad y quien está cerca de ser papá.
“Con la Fundación busco transmitir un mensaje y sembrar una semilla de sensibilidad hacia la naturaleza que pueda difundirse en todo el país”, concluyó el doblista que ha sido dos veces campeón de torneos de Grand Slam (Wimbledon y US Open de 2019).
En el momento en el que se realizó el lanzamiento, Robert Farah y sus aliados habían sembrado 2.000 árboles de especies nativas en la capital de Risaralda.
Aunque el sueño apenas empieza, la imagen de Robert Farah, vestido de jean, camisa sencilla y botas pantaneras se hará más frecuente, sobre todo cuando el tenista termine su carrera deportiva.
Estudiante de periodismo de la Universidad de Antioquia. Interesado en el periodismo narrativo y los deportes.