Ubaldina Valoyes comenta que de los duros sacudones que se le han presentado en la vida, y los cuales la llevaron a pensar en su retiro del deporte, no solo se fortaleció sino que le sirvieron para darse cuenta de qué estaba hecha.
Hoy, a sus 38 años de edad, la nacida en Quibdó, Chocó, y quien se forjó como atleta en Apartadó, Antioquia, ve reflejados sus esfuerzos, dolores, tristezas y sacrificios con un premio que todo deportista desea tener: una medalla olímpica, con la cual, como afirma, pone fin a su carrera como pesista.
El pasado 25 de noviembre, en Villavicencio, donde reside actualmente, Uba, como le dicen de cariño, se enteró de parte del Comité Olímpico Internacional y la Federación Internacional de Levantamiento de Pesas, que era merecedora, ocho años después, de la presea de bronce, división 69 kilogramos, de los Juegos de Londres-2012, donde había sido sexta.
Años atrás se confirmó el positivo de dopaje en esas justas de sus rivales Maryna Shkermankova y Dzina Sazanavets, ambas bielorrusas, lo cual hizo que la colombiana subiera al cuarto lugar. Y recientemente se ratificó el positivo, por la sustancia stanlozonol, de la rumana Roxana Cocos, que había logrado plata en el certamen, por lo que Valoyes pasó a ocupar un lugar en el podio.
En charla con EL COLOMBIANO, Ubaldina habló del significado de este metal, de su carrera y del ejemplo que quiere ser para las pesistas que, como ella, también desean dejar huella.
Como dice, “se hizo justicia”, ¿qué fue lo primero en hacer al enterarse que era medallista olímpica?
“Gritar de alegría y abrazar a mi hijo Dineyfer, con quien vivo acá en el calor de Villavicencio. Recuerdo que la primera noticia frente a la posibilidad de ser medallista me la anticiparon en enero, pero que debía esperar a que se resolviera el proceso porque quien había dado positivo -Roxana Cocos- iba a apelar. Esa espera fue tan larga que a lo último dije que no iba a pasar nada, pero cuando me entero que el bronce era para mí no lo podía creer”.
¿Qué significa para usted recibir tal reconocimiento?
“Es un premio a toda mi entrega, a los sacrificios. Fue lo que siempre anhelé, por lo que trabajé. Es la recompensa a esos años de estar lejos de mi hijo, de mis seres queridos... Este es el cierre completo de mi carrera porque finalmente cumplí esa gran meta”.
¿Eso quiere decir que se retira ya, sabiendo que hasta el año pasado venía logrando buenos resultados?
“Así es. Solo espero que me entreguen la medalla en la ceremonia que hagan y oficializo allí mi adiós como deportista activa”.
¿En qué sentido expresa que tuvo años de mucha entrega, de sacrificios?
“Porque viví momentos duros. Por ejemplo fui mamá muy joven -18 años-, lo cual, en ese momento no me esperaba ya que estaba en una situación que no era la mejor. Primero no vivía con mi madre y con la pareja que estaba no me generaba seguridad. No obstante decidí tener a mi hijo, teniendo claras las consecuencias que se me iban a venir ya que estaba lejos de mi casa”.
¿Pensó en ese momento en el retiro?
“Por supuesto, pues tenía 17 años cuando quedé en embarazo y creí que los sueños que tenía hasta ahí habían llegado. Apenas había participado en unos Juegos Intercolegiados, y tenía medallitas de atletismo, porque primero empecé haciendo lanzamiento de bala y disco, pero conté con el apoyo de muchas personas que creyeron en mí, entre ellos los entrenadores Wilder Zapata, Jofrey López o José María Gutiérrez”.
Se le siente gran gratitud hacia ellos...
“Nunca me dejaron sola y me expresaban que todavía no terminaba mi carrera. Decían que de esa experiencia saldría más fortalecida para ser mejor. Para nadie es un secreto que hasta me ayudaban para un bocado de comida o para pagar el arrendamiento. Dios nunca abandona, pese a las tormentas te manda ángeles para protegerte”.
Y el proceso de Selección de pesas quedó entonces en ese instante parado. ¿Fue traumático volver a ganarse un cupo en el equipo nacional?
“Imagínese que me habían llamado para la Selección, y cuando iba a viajar para la concentración me di cuenta que iba a ser mamá. Sin embargo, el entrenador nacional de ese tiempo, el profesor búlgaro Gantcho Karouchkov, me tenía mucha fe. Recuerdo que expresaba: ‘ella va a ser buena para el deporte, no podemos descuidar su proceso”.
Y eso que la escuela de entrenadores búlgara liderada por Karouchkov fue bastante cuestionada por la exigencia en el entrenamiento con ustedes y finalmente salió del país...
“Se la jugó por mí, creyó en mis condiciones, no se equivocó y no defraudé. Pero es cierto lo que dices. Con el profesor Gantcho tuvimos muchos altercados, porque por la dureza de los entrenos nos estábamos lesionando demasiado, pero se debe reconocer que gracias a él Colombia sacó campeones mundiales de pesas y nos enseñó disciplina y pujanza para poder ganar y ser cada día mejor. Y mira ahora, valió la pena todo lo que hizo por nosotros”.
De hecho, una lesión en la columna en 2008 por poco la aleja definitivamente de la especialidad de los hierros...
“Y en ese momento no tuve excusas para dejar de perseguir mis metas. Lo tuve como un desafío para levantarme con más ganas. Ese año consulté con tres médicos para ver qué era lo mejor para mí y, finalmente, me dijeron que lo mejor era operar porque tenía tres hernias discales. Hasta me decían que después de la cirugía ya no podría volver a entrenar”.
Pero se repuso rápidamente...
“Los médicos eran asombrados, nadie podía creer el tiempo en el que me había recuperado. Luego de los seis meses de la operación estuve en los Juegos Bolivarianos (Bolivia-2009) y gané. Los mismos obstáculos son los que nos muestran que sí podemos salir adelante”.
¿Qué opina de los recientes casos de dopaje en las pesas del país, los cuales hacen que peligre la participación de Colombia en este deporte en los próximos Olímpicos?
“Es un tema que es sensible, delicado, del que prefiero no hablar. Considero que las únicas personas que pueden hablar sobre esa situación son los que están involucrados, cada quien sabe lo que hace y ellos al final tendrán las explicaciones”.
La medalla olímpica que logra, y a su edad y con tantas adversidades, en sí es todo un mensaje para los deportistas...
“Ser parte de la historia olímpica de Colombia es una alegría inmensa, por eso quiero ser ejemplo de superación. A todos los deportistas les digo que luchen, perseveren y no se rindan porque nada en esta vida se consigue fácil, que nunca dejen de soñar por lo que se proponen”