Las polvorientas calles de Apartadó de finales del siglo pasado y principios de este fueron el escenario ideal de las travesuras de Jhor Esneider Moreno Torres que, como todos los chicos de barriada, repartía su tiempo entre el estudio y el patear viejos balones de fútbol.
A él, sin embargo, nunca lo cautivó el fútbol. Prefería experiencias algo más fuertes, como la lucha olímpica, deporte del que se enamoró por su espíritu de guerrero y porque el combate cuerpo a cuerpo le permitía calibrar su fuerza frente a rivales de similar potencia o superiores a él.
La lucha la practicó por años, pocos quizás, hasta que su madre, cuenta Jhor con satisfacción, se opuso a que continuara allí porque no le gustaba eso de las peleas y prefirió “meterlo a practicar pesas”.
Deisco Moreno y Derlys del Carmen Torres son sus padres; Juan David, Cristina y Sebastián, sus hermanos. La protectora madre de niñez le inculcó respeto y buenas costumbres a más de amor por el deporte gracias a que él fue el único de sus críos en dedicarse de lleno a esta actividad.
“He salido adelante de a poco, pero con mucha entereza y disciplina. Hubo ciertamente momentos de crisis y de inseguridad porque los resultados no aparecían”, relata el joven haltero de 21 años, ocho metido entre hierros, al plasmar lo que ha sido su ascendente carrera.
Sin embargo, asegura que ha aprendido que “hay que esperar y que todo llega en su momento”, como cuando tuvo que despedirse de sus seres queridos para afincarse en Medellín, cinco años atrás.
Aquí estudió inglés, aunque debió dejar los cursos porque después de graduarse de bachiller la responsabilidad de integrar seleccionados antioqueños y de Colombia, tanto en la categoría juvenil como en la de mayores, coparon todo su tiempo. No obstante, se capacita como técnico laboral en instalador de redes de telecomunicaciones en la Institución Educativa Censa.
Disciplinado, serio y cumplidor del deber. Así lo catalogan Juan Ruiz y Jairo Aníbal Cossio, sus entrenadores en Medellín, quienes recogieron la semilla que en Apartadó plantó Giovanni Moreno.
“Su desarrollo en pesas ha sido destacado, en especial en los dos recientes años en los que ha podido mejorar sus registros personales y lograr presencia en la Selección Colombia”, cuenta Róger Berrío, presidente de la Liga de Pesas de Antioquia.
Los 160 kilos alzados en arranque y 200 en envión son sus marcas personales en los 85 kilogramos, división en la que se desempeña desde el año pasado cuando dejó la de los 77 porque ya no daba dicho peso. “Eso fue lo que levanté en el Panamericano cumplido en Miami, el mes pasado”, dice Moreno, quien en ese torneo ganó una medalla de oro y dos de plata.
Con 1.78 metros de estatura, este haltero antioqueño, tercero en los Juegos Panamericanos (2015) y quien ya tiene a su haber tres mundiales juveniles (2013, 14 y 15, siendo quinto su mejor posición), es uno de los nuevos proyectos de las pesas del país.
“Es cuestión de tiempo; me aburría porque no llegaban los buenos resultados; pero ahora es distinto; insistí tanto que ya se da lo que quiero”. Ahora sabe que su lucha ya está en las pesas.