Este viernes, Atlético Nacional se enfrenta a un nuevo desafío con la presión de mostrar que la caída ante el Deportivo Pereira fue solo un tropiezo en su camino. A las 8:30 p.m., el Atanasio Girardot será testigo del duelo entre el Verde paisa y el vigente campeón del fútbol colombiano, Independiente Santa Fe. Una cita que va más allá de los tres puntos: se trata de reafirmar el proyecto deportivo y sostener la ilusión de los hinchas en medio de un semestre sin margen de error.
Y es que la derrota en Pereira no solo significó perder el invicto, también dejó secuelas importantes: las expulsiones de Juan Manuel Zapata y William Tesillo, dos piezas clave en el engranaje de Gandolfi, avivaron viejos fantasmas que persiguieron al equipo el semestre pasado. En aquella ocasión, las sanciones y desatenciones en momentos clave fueron uno de los motivos por los que Nacional cedió puntos valiosos y terminó alejándose de los objetivos. El propio técnico había advertido que era una situación por corregir, pero el pasado reciente demostró que ese aprendizaje aún está pendiente.
El rival de turno no podría ser más exigente. Santa Fe llega con una racha de seis partidos consecutivos sin perder como visitante, una seguidilla que incluye los juegos finales de la Liga BetPlay I, en la que terminó alzando el trofeo. Ganarle al actual campeón no solo representaría un golpe anímico a favor de Nacional, también sería una señal contundente para el entorno verdolaga: lo de Pereira fue una noche desafortunada, no una recaída.
Para este compromiso, se podrían mover fichas. César Haydar y Jorman Campuzano se perfilan como los reemplazos naturales de Tesillo y Zapata, aunque Nacional podría habilitar a uno de los sancionados debido a la convocatoria de Simón García a la Selección Sub-20. Haydar, recién llegado al club, tendría la oportunidad de demostrar por qué fue uno de los pocos refuerzos que se concretaron en este mercado. En el caso de Jorman, un hombre de la casa, ha sido clave en el equilibrio del mediocampo desde su regreso.
Pero, más allá de las modificaciones que se hagan, Gandolfi evalúa otras variantes. Jugadores como Joan Castro y Andrés Salazar, de flojo desempeño, deberán mejorar, ya que Andrés Román y Camilo Cándido aún no están a punto. Sin embargo, el debate va más allá de los nombres: Nacional necesita recuperar la identidad futbolística que lo llevó a imponerse con autoridad ante Once Caldas y Equidad en las dos primeras fechas del campeonato. Esa versión vertical, intensa y eficaz del equipo es la que debe reaparecer frente a su gente.
En el fondo, el partido de este viernes representa una especie de termómetro emocional para el club y sus hinchas. La ilusión inicial por un semestre prometedor ha sido contenida por la preocupación de una derrota tempranera y por un mercado de fichajes que no ha cumplido del todo las expectativas. Hasta ahora, los únicos refuerzos confirmados son César Haydar y Facundo Batista. La dirigencia insiste en que se hizo un gran esfuerzo por conservar la base, destacando el caso de Campuzano, pero el clamor de la tribuna pide más y lo hace con urgencia.
El técnico Gandolfi ha sido enfático: este semestre Nacional va por todo. Pero ha llegado el momento de traducir las palabras en hechos. El calendario no perdona, y en el horizonte cercano ya asoma el gigante brasileño Sao Paulo, rival en los octavos de final de la Copa Libertadores. Llegar a ese cruce con la moral alta y el equipo consolidado es imperativo.
La pelota rodará a las 8:30 p.m. con transmisión de Win Sports +. Y en cada pase, en cada jugada, en cada decisión táctica, Nacional se juega más que un resultado. Se juega la credibilidad de un proyecto que quiere volver a hacer historia, pero que primero debe reconciliarse con su mejor versión.