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Su acento paisa y apellido dan cuenta que es de raíces colombianas, pero en el país suramericano su nombre apenas empieza a coger fuerza en el bicicrós. No obstante, en Estados Unidos, donde nació hace 18 años, Manuela Roldán ya es considerada una de las grandes promesas de esta modalidad del ciclismo.
Cuando tenía tres de edad, su madre Ángela Roldán, profesora de inglés en suelo norteamericano, decidió traer a Manuela a territorio antioqueño para que creciera junto a sus abuelos.
Nueve años después, tras la muerte de su abuelo Gabriel Roldán, a quien considera su papá, la deportista retornó a Estados Unidos, donde siguió perfeccionando su técnica y talento en el BMX hasta convertirse, en 2020, en campeona nacional.
“Mi gran meta es ser medallista olímpica y sé que con trabajo y disciplina lo puedo lograr”, así expresó Manuela, quien acaba de ser una de las protagonistas (fue sexta) en la edición 15 del Internacional de las Luces de bicicrós, certamen al que acudió por primera vez.
“Desde hacía unos siete años no venía a entrenar a Medellín con las demás corredoras de las Selección Antioquia. Fue un privilegio, una oportunidad única que espero se repita en los próximas temporadas, debido a que el nivel en Colombia es demasiado alto, sobre todo en eventos como este”, comentó la deportista, quien vivió una montaña rusa esta campaña. Más allá de los obstáculos que debió sortear, los mismos que pusieron en riesgo su continuidad en el deporte de alta competencia, la piloto evidenció poderío mental y físico para superar las adversidades y seguir pedaleando firme por sus sueños.
A comienzos de 2022 se quebró las muñecas de las manos, después se fracturó la clavícula derecha y en mayo, cuando estaba recuperada y se aprestaba para competir en el Mundial en Francia, volvió a tener una caída en la que sufrió una contusión en la cabeza.
“Pasé tres meses sin poder correr, pues cada vez que me montaba en la bicicleta me daba vértigo. Estuve con ansiedad, me dio depresión, ni siquiera me podía parar rápido de la cama porque me mareaba”.
Pese a esto, jamás pasó por la mente de Manuela el retiro. “Al contrario, me fortalecí mentalmente, ese momento me hizo apreciar lo que tenía y a luchar por lo que deseo”, comentó la piloto, que en noviembre, en los Grand National-PRO Series en Estados Unidos retornó a competencias, pasando a la final y terminando quinta.
“Rendirse no estaba entre mis planes. Estoy muy emocionada de estar otra vez compitiendo, compartiendo con grandes deportistas como Mariana Pajón, como sucedió ahora en Colombia. Quiero ser medallista olímpica y trabajaré para estar, con la ayuda de Dios, en el Mundial de 2023 en Reino Unido”, agregó la valiente Manuela antes de retornar, recargada de energía y de nuevos aprendizajes, a suelo estadounidense
Su acento paisa y apellido dan cuenta que es de raíces colombianas, pero en el país suramericano su nombre apenas empieza a coger fuerza en el bicicrós. No obstante, en Estados Unidos, donde nació hace 18 años, Manuela Roldán ya es considerada una de las grandes promesas de esta modalidad del ciclismo.
Cuando tenía tres de edad, su madre Ángela Roldán, profesora de inglés en suelo norteamericano, decidió traer a Manuela a territorio antioqueño para que creciera junto a sus abuelos.
Nueve años después, tras la muerte de su abuelo Gabriel Roldán, a quien considera su papá, la deportista retornó a Estados Unidos, donde siguió perfeccionando su técnica y talento en el BMX hasta convertirse, en 2020, en campeona nacional.
“Mi gran meta es ser medallista olímpica y sé que con trabajo y disciplina lo puedo lograr”, así expresó Manuela, quien acaba de ser una de las protagonistas (fue sexta) en la edición 15 del Internacional de las Luces de bicicrós, certamen al que acudió por primera vez.
“Desde hacía unos siete años no venía a entrenar a Medellín con las demás corredoras de las Selección Antioquia. Fue un privilegio, una oportunidad única que espero se repita en los próximas temporadas, debido a que el nivel en Colombia es demasiado alto, sobre todo en eventos como este”, comentó la deportista, quien vivió una montaña rusa esta campaña. Más allá de los obstáculos que debió sortear, los mismos que pusieron en riesgo su continuidad en el deporte de alta competencia, la piloto evidenció poderío mental y físico para superar las adversidades y seguir pedaleando firme por sus sueños.
A comienzos de 2022 se quebró las muñecas de las manos, después se fracturó la clavícula derecha y en mayo, cuando estaba recuperada y se aprestaba para competir en el Mundial en Francia, volvió a tener una caída en la que sufrió una contusión en la cabeza.
“Pasé tres meses sin poder correr, pues cada vez que me montaba en la bicicleta me daba vértigo. Estuve con ansiedad, me dio depresión, ni siquiera me podía parar rápido de la cama porque me mareaba”.
Pese a esto, jamás pasó por la mente de Manuela el retiro. “Al contrario, me fortalecí mentalmente, ese momento me hizo apreciar lo que tenía y a luchar por lo que deseo”, comentó la piloto, que en noviembre, en los Grand National-PRO Series en Estados Unidos retornó a competencias, pasando a la final y terminando quinta.
“Rendirse no estaba entre mis planes. Estoy muy emocionada de estar otra vez compitiendo, compartiendo con grandes deportistas como Mariana Pajón, como sucedió ahora en Colombia. Quiero ser medallista olímpica y trabajaré para estar, con la ayuda de Dios, en el Mundial de 2023 en Reino Unido”, agregó la valiente Manuela antes de retornar, recargada de energía y de nuevos aprendizajes, a suelo estadounidense.
Periodista del área de Deportes