El cartagenero Jhonier Montiel Lambis fue el encargado de darle la bienvenida, hace un año, a sus nuevos compañeros de casa: Juan Sebastián Cardona, Juan Sebastián Thomas, Jhonier David Zarante y Leonardo Vides, jóvenes que, al igual que él, tienen el sueño de ser futbolistas profesionales.
Por eso, y a pesar de su corta edad, 12 años, todos empacaron maletas para llegar a la casa hogar del equipo Belén La Nubia-Arco Zaragoza, pues saben que en Medellín pueden estar más cerca de alcanzar esa meta.
Montiel, aunque es el más bajo de estatura, mide 1,58 metros, les lleva dos años de ventaja en la adaptación, ya que desde hace 3 dejó su natal Cartagena para radicarse en esta ciudad.
“Me hace falta mi familia, mis hermanas, pero acá estoy haciendo lo que me gusta, aprendiendo más, compitiendo mucho para ser cada día mejor, porque mi sueño es jugar profesional y sé que tengo condiciones para lograrlo”, afirma el volante zurdo, quien marcó dos, de los tres goles, con los que su equipo venció a Santa Mónica-Campo Alegre, por el grupo C del babyfútbol.
Orden y disciplina
En medio de este quinteto de acentos diversos, sobresale Juan Sebastián Cardona Tamayo, el arquero nacido en Amalfi, quien es reconocido por sus compañeros, no solo como un gran líder, sino porque impone orden y disciplina, modales que aprendió en su casa.
“Acá el más serio es ‘Banana’... (risas) -así le dicen al arquero, quien tiene su rostro lleno de pecas-, es bravo y así como en la cancha nos organiza y nos dirige, así es en la casa, además es el mejor estudiante”, dice Vides, el delantero de Caucasia, quien admira a Cristiano Ronaldo y es un goleador nato como su ídolo.
Los 30 tantos que marcó en el torneo de la Liga Antioqueña de Fútbol en 2019 lo confirman. Su familia celebra a la distancia los tantos de Leonardo, quien espera llevar su talento y potencial al profesionalismo.
Claro que antes se quiere consagrar como goleador del Festival, mientras que Montiel quiere quedarse con el título de jugador más técnico del campeonato.
Una familia
Lejos de sus hogares, estos chicos han tenido que aprender a ser responsables, disciplinados y ordenados pues, además de tener un gran comportamiento en su nueva vivienda, deben rendir en sus estudios y en el campo de juego.
“En el primer período perdimos como 8 materias, es que llegamos cuando ya todos habían arrancado, pero pronto, y con la ayuda de Cardona, nos pusimos al día y recuperamos todo”, afirma Thomas, quien estudia en el mismo salón con Vides y Cardona.
Los cinco van al colegio Cristo Rey, y de ellos, el único que no está en octavo es Zarante, quien pasó a séptimo grado.
Dentro y fuera del campo estos cinco jóvenes se destacan, son figuras y esperan ser el soporte para alcanzar el título del babyfútbol, pues desde 2017 no dan la vuelta olímpica en la Marte 1.
Los dirigidos por Deivi Mejía saben que la racha de 10 juegos invictos (sumando la fase previa) los hace ser favoritos. Y lo esperan confirmar con la corona.